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『ʟᴀ ᴇɴꜰᴀᴅᴏ ᴘᴀʀᴀ ꜱᴇɴᴛɪʀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇɴᴄɪᴍᴀ ᴅᴇ ᴇʟʟᴀ』

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『ʟᴀ ᴇɴꜰᴀᴅᴏ ᴘᴀʀᴀ ꜱᴇɴᴛɪʀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇɴᴄɪᴍᴀ ᴅᴇ ᴇʟʟᴀ』

—Hoodie maldito idiota, decirte eso...

De nuevo en la pequeña habitación que los aislaba de todos, la cual apenas con una ventana repleta de barrotes solo veían el patio interior de la cárcel. Aunque a sabiendas de que podían ir a darse un baño en la alberca sucia de la cárcel, decidieron quedarse a hablar de lo que había ocurrido, lo que ese chico continuó diciendo que les molestó bastante a ambos, Hoodie era solo un mandado, repetía las palabras que le ordenaron trasladar a ellos y gracias a ello casi conseguía un ojo morado que adornara su rostro joven, con una muy pequeña y simple barba castaña como si solo fuera un adolescente que sus hormonas comenzaban a trabajar en el vello de su rostro.

—Sé que Brian no tiene la culpa, son solo palabras de Slenderman y él no diría nada bonito estando molesto con nosotros....

—Te ofendió, me ofendió, nos ofendió y yo le hablaré a alguien que también ofende para que se ocupe de su "sobrino".

Hizo comillas con sus dedos refiriéndose a cierto ser parecido a su jefe que era conocido como Offenderman haciendo un juego de palabras al español con lo que decía. Ciertamente Jane se había sentido ofendida, incluso dejado desnuda ante dos personas que no debían saber nada privado de ella, y menos si incluía a uno de ellos, a su vez consiguió ofender al chico de la sonrisa.

Quizás le frenó de pegarle cierto puñetazo que estuvo a punto de incrustarse en su bonito rostro más humano o normal, pero desde que ciertos acontecimientos en aquél lugar no dejaba que nadie hablara mal de ella, la tocara o molestase, además las palabras que soltó le hizo dudar sobre ella y el por qué se comportaba de forma tan protectora en su problema mental, y secretamente le causó algo de felicidad. Quería olvidarse de aquello y de ese sentimiento, la felicidad no estaba fabricada para él.

—Dijo que si seguías acercándote a mí de tal forma tu vida acabaría más rota y quizás bajo tierra, esa cosa está descontrolada, me llamó asesino.

Jane rascó detrás de su oreja, apartando los cabellos que pasaban por la zona. Entendía que estaba alejado de la realidad, pero había veces que sobrepasaba lo absurdo en sus palabras.

—Jeff, es que eres un asesino.

—Y cree que puedo matarte, ¿Es en serio?

Soltó todo el aire de sus pulmones de golpe, hablar con él era imposible. Se levantó de la cama con bastante calor, los días de primavera estaban ahí, queriendo despedirse. Desabrochó la chaqueta del traje dejando ver la nueva camisa que le otorgaron, blanca y limpia pero sudada, las marcas húmedas bajaban por sus axilas y su pecho, enmarcando su busco ligeramente.
Se sentía agotada, era un lugar caluroso y angosto.

—¿Y a qué se refería con lo que dijo? ¿De qué forma? ¿Es que no podemos llevarnos bien?

La pelinegra solo apartó la mirada y entró al baño, no quería tener la charla que sabía que se daría gracias a lo que ese trabajador había comunicado. Jeff bufó, acariciando sus sienes con dolor, un murmullo se formaba en sus oídos, como mil susurros que le trataban de hablar de algo diferente. Llamaba "el ruido" a cuando su mente, difusa, creaba cientos de voces que intentaban ponerse de acuerdo cuando su corazón se aceleraba, curioso e intentando pensar por si solo.

ᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ|| JaneffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora