Capítulo 14

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(Henry)

Sé perfectamente que fui un idiota al decirle eso, yo era él que estaba distraído ella no tenía la culpa.

Ayer no pude disculparme con ella porque tenía mucho trabajo y hoy había una junta y ella estaría ahí así que aprovechare a que todos salgan y le podré pedir perdón. No soy de esos que se andan disculpando, pero ella al verla ahí cabizbaja y no respondiéndome como aquella vez me descoloco un poco.

Se le veía triste después de decir que siempre tenía la culpa de todo lo que sucedía.

Estoy sentando en mi silla pensando en las palabras correctas para poder pedirle que me perdone y capaz llevar la fiesta en paz.

Muevo mis dedos de un lado a otro esperando a que mi secretaria me dé la señal confirmándome que ya llegaron algunos socios.

Parado frente al gran ventanal que tengo en mi oficina observo atento la ciudad, los carros yendo de aquí para allá, personas tratando de tomar el bus, niños con uniformes de la mano de sus madres. Mi madre no me ha vuelto a llamar desde que rechace su invitación, me siento mal por como la trate, pero así soy yo no puedo cambiar de la noche a la mañana. Ella espera que sea un hijo cariñoso y hogareño muchas veces lo he intentado, pero eso no sé me da.

Mamá dice que en algún momento llegara la razón por la cual quiera estar en casa y disfrutar de ese espacio. Yo lo veo como algo absurdo y tal vez tonto.

Sigo pensando en mamá y sus consejos ...

Suena el teléfono que se haya en mi escritorio, contesto al instante.

- Diga.

- Señor los socios están por llegar en unos cinco minutos - informa mi secretaria.

- Muy bien, dígale al señor Marquett que lo quiero en la sala de juntas en este instante - ordeno.

- Por supuesto señor - cuelgo rápidamente.

Tomo mi saco y algunos folder, salgo de mi oficina sin voltear en dirección a mi secretaria, tomo el ascensor para dirigirme hacia la sala de juntas.

Muchas veces entro rápido a la sala de juntas, pero esta vez abrí lentamente la puerta como si no quisiera espantar a alguien y confirmo mi instinto cuando la veo ahí dejando su cartera en uno de los asientos. Lleva puesto un vestido de un color palo rosa, que le llega unos dos dedos arriba de la rodilla, con un escote v, de mangas largas pegado hasta arriba de la muñeca para abajo de esta es suelto, debajo de escote es como recogió hasta el fin del vestido creando algunas ondas que le sientan bien, zapatos de punta de un color carne. El cabello lleva suelto llevado hacia un lado la gran cantidad.

Sinceramente le queda muy bien ese vestido, se ve linda en él.

Recién me doy cuenta de que estoy entre la puerta y la sala observándola y no entrando. Tomo una gran cantidad de aire e ingreso, avanzo a pasos seguros hasta mi asiento, nadie habla así que pienso en romper el silencio hasta que...

- Buenos días,  señor Bolldem - saluda Daniela sin verme.

Acaso seguiría como si nada hubiera pasado ayer. Creo que eso de retenerla al terminar la junta ya no será necesario.

- Daniela - la llamo.

- Dígame señor - alza su cabeza hasta verme a los ojos.

- ¿Podrías quedarte un momento después de la junta? - ojalá diga sí.

- Por supuesto señor - ok, esto ya no me gusta.

- ¿Sigues molesta?

- Porque tendría que estarlo señor.

DETRÁS DE TU SONRISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora