(Daniela)
Llego a la última planta donde se encuentra mi oficina, el lugar de la secretaria del señor y la oficina de mi jefe, el señor Blair, él es un hombre muy amable y carismático. No nació en cuna de oro, él tuvo que luchar mucho para llegar hasta donde se encuentra el día de hoy, si soy sincera lo admiro muchísimo cosa que no hace su hijo y mucho menos su esposa. La señora Blair es alguien "especial" le gusta que las cosas se hagan como ella dice y ordena de lo contrario te corre sin más, por parte del señor Blair nunca escucha un reclamo siempre hace lo que le ordena su esposa. La verdad no entiendo como la aguanta si es toda una bruja.
Bueno también está su hijo, el joven Gustavo, alguien que no se toma nada enserio y despilfarra el dinero de su padre en autos, fiestas, mujeres y podría seguir porque la lista es muy larga. En fin son personas que no valoran el trabajo y el esfuerzo que hace el señor Blair para darles una vida llena de comodidades.
A veces me pongo a pensar porque no me toco un padre como lo es el señor Blair, yo hubiera sido completamente feliz si me hubiera tocado un padre como el, pero la vida me deparo otras cosas. Ya no sirve de nada pensar en lo que pudo ser y no fue, uno tiene que seguir adelante de todas formas. Puedo notar que una discreta lágrima desciende de mi mejilla, rápidamente la seco, prometiste no volver a llorar por eso - me recuerdo.
- Prometí que no volvería a derramaría una sola lágrima por lo que paso - me quedo pensando - y así será.
Pongo una sonrisa y avanzo hacia mi oficina...
La verdad me gusta mucho mi lugar de trabajo. Las paredes son de una tonalidad blanca, el piso de un gris intermedio, en la parte derecha se encuentra mi escritorio que es de una crema muy bonito al igual que la repisa que se encuentra al medio de la pared de al fondo y también los cajones que se encuentra en la parte de abajo.
En mi escritorio simplemente se encuentra el ordenador, una lámpara color blanco y una impresora, pero lo que más me gusta es mi asiento que es muy cómodo además de ser de un color toque de canela, la verdad me encanta ese asiento.
Dejo mis cosas a un lado y tomo asiento en mi lugar. Puedo notar que Ginna, la secretaria del señor Blair, trae consigo una taza de café por lo que deduzco que mi jefe ya se encuentra en la empresa.
- Buenos días, Daniela - saluda Ginna, con una energía que solo ella tiene.
- Buenos días Ginna - respondo.
- Te mande el equilibrio que me pediste.
- Muchas Gracias - hago una pausa - los revisaré y se los entregaré al señor Blair.
- Hablando de él voy a llevarle su café - suelta.
- Claro anda.
- Adiós Dani - se despide.
- Adiós Ginna - sin más desaparece por el pasillo.
Dispongo a darle un sorbo a la taza de café que me traje y empiezo a revisar el balance que presentó Ginna.
Al cabo de 1 hora termino de revisarlo y puedo decir que los números andan bien. Me dedico a hacer el informe de este mes para el señor Blair.
Ya casi voy a terminar cuando noto una presencia adelante de mí, decido quitar la vista del ordenador para subirla, al hacerlo me encuentro con nada más y nada menos que el señorito Gustavo con sus típicas sonrisas "seductoras", en lo personal me parece un patán , en la empresa sabemos que se acostó con varias de las que trabajaron aquí. En esa lista entra la de recursos humanos, las de contabilidad, las 3 últimas secretarias del señor Blair, claro en esa lista no entra Ginna aunque puedo notar las miraditas que le manda el señorito Gustavo cada vez que viene aquí, ah casi lo olvido y la última especialista en finanzas. En su lugar estoy yo, todas descubrieron que el joven es alguien muy guapo y no lo negaré es algo atractivo, pero eso no le quita lo patán.
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DETRÁS DE TU SONRISA
Roman d'amour" A VECES, DISFRAZAMOS EL DOLOR QUE SENTIMOS POR UNA SONRISA QUE HACE CREER A TODOS QUE ESTAMOS BIEN, CUANDO REALMENTE EL DOLOR NOS CONSUME POR DENTRO Y SOLO APARENTAMOS POR FUERA "