Capítulo 20

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(Marco)

Me siento nervioso y algo intranquilo. La última vez que hablé de este tema, fue con Henry a los meses que nos conocimos y terminé llorando. Es algo que no pude evitar, hablar de ese tema no es facil para mi, pero estoy preparado para volver a sacar el tema.

- Es una persona que me trae muchos recuerdos - le respondo.

- Perdón por tomar las fotografías - se levanta rápidamente con el fin de devolver las fotografías.

- No pasa nada - se detiene - en algún momento te lo iba a decir.

- ¿De verdad?

- No lo dudes, pero aquí no. Creo que tendremos mucho tiempo en tu departamento.

- ¿Entonces la pijama sigue en pie?

- Claro que sí, andando.

Vamos de camino al departamento de Daniela. Vamos en un silencio que no es para nada incomodo.

- Llegamos - señala al edificio de al frente.

- Bien.

.....

- ¿Te gusta este color? - me enseña el colorante para el chantilly.

- Me parece el indicado.

- Perfecto en menos de tres minutos traeré el pastel y unas tazas de café.

- Ya saboreo ese pastel.

- Ten paciencia - diciendo eso se va para la cocina.

- Aguantaré - sin más se fue para la cocina.

Me desvío en mis pensamientos tratando de armar un comienzo a esta historia.

- Listo - vuelve Dani.

- Perfecta hora de comer esa delicia.

Al cabo de un rato terminamos de comer el pastel que a decir verdad estaba delicioso acompañado la taza de café.

- ¿Te parece hacernos mascarillas? - trata de levantarse del sillón donde nos encontramos sentados, pero la jalo del brazo.

- Antes de cualquier otra actividad quiero contarte sobre la persona que viste en ese portarretratos.

- Marcus si tú no te sientes cómodo con esto no tienes porque decirme nada.

- Pero quiero hacerlo - la miro con los ojos suplicantes.

- Entiendo.

- Mis padres se llaman Angélica y Roberto - empiezo, ella me mira atenta y con ganas de escuchar lo que tengo que decir.

- Ellos se casaron a la edad de veinticinco años, a los tres meses de casados ​​se enteraron que yo venía en camino. Según lo que ellos me contaron me esperaban con muchas ansias.
Me adelante tres semanas del día del parto, mamá al tenerme fue la mujer más feliz y ni hablar de papá. Mamá dijo que se puso a llorar de la emoción.

- Vaya - pronuncia.

- Al cumplir los dos años mi deseo fue tener una hermanita - suspiró con nostalgia - muchas veces los varones quieren hermanos, pero yo no Daniela.

La miró.

- Yo quise una hermanita para cuidarla y protegerla de todo el mundo.

Me regala una sonrisa.

- ¿Y qué sucedió?

- Mis padres al principio se sorprendieron por mi deseo. Ellos dijeron que aún era muy pronto para otro bebé y que querrían disfrutar de mí un poco más.

- Para mí no fue la respuesta que esperaba, pero la respete y hasta me olvide del tema. Pasó un año y célebre mi cumpleaños número tres con todos.

- ¿Y sabes cuál fue el regalo de mis padres?

Ella simplemente niega con la cabeza.

- Me dieron la noticia más feliz para mí - mis ojos empiezan a picar.

- Iban a tener otro bebé Dani. Me emocioné tanto que le contaba a cada persona con la cual me encontré.

- Que linda noticia.

- La mejor.

- Cuidaba la barriga de mamá con tanta dedicación y amor que a veces ya no salía jugar con mis amigos, pero no importaba porque yo quería quedarme junta al bebé. A los cinco meses le dijeron el sexo del bebé a mis padres. Decidieron realizar una fiesta de revelación donde claro yo era el invitado especial. Ya casi llegaba la hora y moría de la emoción - algunas lágrimas de Dani se podrían visualizar queriendo salir - El momento llego y al fin la espera termino.

- ¿Y? - pregunta

- Era mujer Dani - siento un nudo en la garganta - iba a tener una hermanita como tanto lo quería.

Daniela se llevó las dos manos a su boca.

- Llore de emoción, en adelante le hablaba a la bebé ya veces intentaba cantarle. El momento del parto llegó y con eso la llegada de una pequeña. En casa estuvimos muy emocionados por la llegada, pasaron horas en las cuales sintieron todo mi cuerpito saltar de emoción. Después de tres días de que nació pudo volver a casa con mis papás, ahí yo la esperaba con ansias.

- El momento de conocerla llegó - una pequeña lágrima corrió por mi mejilla - era tan pequeñita, tan frágil, la bebé más hermosa con sus cabellos casi dorados - más lágrimas comenzaron a salir.

- La ame en el primer segundo que la vi - Dani me mira expectante.

- Así pasaron siete meses, los mejores para mí junto a mi pequeño rayito de luz.
Trataba de ayudar a mi mamá con nuestra pequeña Elizabeth, hasta ya empezaba a gatear. Una tarde estaba junto a papá viendo caricaturas cuando llegó mamá llorando y gritando que ya no estaba.

- Yo no entendía que sucedió en aquel momento, me sentí perdido por todo el alboroto de mis padres, verlos llorar por alguna razón, seguí sin entender, pero algo no estaba bien y eso era que no veía a mi pequeño rayo de luz por ningún lado.

Recordar como mis padres lloraban la partida de Elizabeth me duele.

- Con el tiempo pude entender que ella ya no estaba con nosotros, pe..ro - mi voz se entrecorta.

Dani viene hacia mi.

- Dani - la miro a los ojos - me dolió y me duele saber que ya no está junto a mi, haber visto sufrir a mis padres su partida, no poder verla reír más, no mirar esos ojitos que te hipnotizaban era horrible - ya no me importa nada, dejo salir mis lágrimas libremente - ME DUELE! - ella no dice nada y me abraza.

Me pongo a llorar con un niño pequeño, antes no pude liberar esto por no querer ser una carga más para mis padres, pero ahora me siento con la libertad de llorar todo lo que algún día no lloré.

- Marcus - toma mira rostro entre sus manos - como hubiera querido que un ángel como tú hubiera estado en mi vida antes. Eres el ser humano mas hermoso que pude haberme topado. Yo sé que tu hermanita dónde quiera que esté te ama con todo su corazón - sus lágrimas bajan por ambas mejillas.

Solo guardó silencio, a la cabeza me llega el hecho de que Daniela me dijo que hubiera querido que apareciera antes.

- ¿A qué te refieres con eso de antes?

- Marcus, mi vida no a sido nada fácil antes y es por eso que te lo digo.

- ¿Quieres hablar sobre ello?

- Es lo que más quisiera, pero, no sé cómo puedo explicar que no estoy lista para abrir esta herida.

- Tranquila, sé que algún día quizás podamos hablar de ello.

- Me gusta la idea.

- Bueno basta de momentos tristes, ¿Qué parece si nos hacemos unas mascarillas?

Suelta una carcajada.

- Tu siempre sabes cómo hacerme reír.

"EL DOLOR DE PERDER A ALGUIEN NUNCA SE VA, SIMPLEMENTE UNO APRENDE A VIVIR CON ELLO"

DETRÁS DE TU SONRISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora