Capítulo 1

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(Daniela)

Son las 6:00 de la mañana, hoy es domingo lo cual para algunas personas significa descanso , pero para mí es el día en el cual tengo más tiempo para hacer ejercicio, ya que todos los días estoy en el trabajo.

Me levanto de mi cómoda cama y voy directo al cuarto de baño, lavo mi cara, luego cepillo mis dientes, una vez hecho eso me dirijo al closet a elegir un conjunto deportivo.

Termine poniéndome un conjunto de dos piezas negras y una casaca color hueso, me hago una coleta y amarro muy bien mis zapatillas. Una vez lista salgo del departamento para dirigirme hacia la entrada del edificio.

- Buenos días, niña Daniela - Me saluda amablemente Luis, el portero, un señor de unos 60 años. Trabaja en este edificio desde que tiene 40 lo que significa que va trabajando unos 20 años, es muy amigable además de ser muy apuesto.

- Buenos días, señor Luis - le respondo de la misma manera.

- Otro domingo de ejercicio - dice con una sonrisa divertida.

- Sabe a mi descansar los domingos no se me da - le explico.

- Hay Dani trabajas todos los días y el único día que descansas son los domingos - lo dice en forma de reproche– pero si a ti te gusta ejercitarte, no te voy a reprochar nada.

- Sabe que tomo en cuenta todos sus consejos, señor Luis - digo sinceramente -, pero le prometo que el otro domingo descansare hasta muy tarde - suelta un suspiro de alivio.

- Bien, me quedo más tranquilo niña Daniela - se forma una sonrisa en sus labios.

- ¿Nunca dejaría de decirme así verdad? - cuestiono, El señor Luis me puso ese apodo cuando apenas llegue a este lugar - me hace sentir muy pequeña - digo fingiendo enojo. Realmente no me molesta que me llame así, al contrario, me gusta

- Nunca lo hare niña Daniela - responde con una cara burlona.

- Tendré que acostumbrarme - digo rendida.

- Bueno Señor Luis tengo que irme - me despedido para tomar camino a la calle - porque si no se me hace tarde - empiezo a alejarme de mi hogar - y no aprovecho la mañana, nos vemos luego señor Luis.

- Hasta luego niña Daniela - alza la voz para poder escucharlo ya que me encuentro a unos metros del edificio.

"BUENO COMENCEMOS LA MAÑANA"


(Henry)

Los rayos de sol recae sobre mi cara, a regañadientes abro los ojos. Veo que no me encuentro en mi habitación si no en el departamento de "las conquistas", así lo titulé el primer día que estuve aquí. Cojo mi celular que se encuentra en la mesita de noche color negro, noto que son las 7:15 de la mañana.

- Mierda, no voy a llegar a tiempo - me siento sobre la cama, giro la cabeza para ver quien se encuentra a mi costado.

Noto que se encuentra una rubia con el cabello esparcido por toda su cara. No recuerdo cómo es que llego aquí ni el nombre de la mujer con la que me encuentro, pero no importa creo saber que paso ayer por la noche. Agarro mi teléfono y marco el número de mi chofer.

- Buenos días, señor Bolldem - dice de inmediato -¿Qué necesita? - pregunta.

- Adolfo, necesito que me traiga ropa - menciono - al departamento.

- Claro señor - se demora unos 3 segundos en responder - estoy ahí en 15 minutos.

- Bien - finalizó la llamada.

Me levanto de la cama para dirigirme hacia el baño, una vez dentro me deshago del bóxer que traigo y entro a la ducha. Después de unos 15 minutos salgo y observo que la rubia aún duerme.

Escucho que tocan la puerta, me dirijo hacia esta y sin más la abro, al hacerlo me encuentro con Adolfo cargando una bolsa en el cual supongo que trae mi ropa.

- Señor Bolldem - dice - aquí está el encargo que me pidió.

- Excelente - lo cojo rápidamente - ya no necesito de tus servicios, puedes retirarte.

- Claro señor, como usted diga - este se dio la vuelta con el fin de abandonar el departamento.

- Espera - giro el cuerpo - envíame el Audi blanco.

- Como no señor Bolldem - dicho eso se marchó.

Vuelvo a entrar al baño, después de 10 min más salgo listo. Solo falta que Adolfo me confirme que llegó el Audi, voy saliendo hacia la habitación. Cuando me doy cuenta de que la rubia se ha levantado y vestido, su mirada recorre todo el lugar. Hasta que nota mi presencia es cuando posa su mira sobre mí.

- Buenos días guapo - me saluda coquetamente - ¿Qué te parece si repetimos lo de anoche?, podemos empezar la mañana de buena manera - empieza a acercarse a mí. Al llegar intenta tocarme, pero la detengo antes de que haga algo.

- Mira Micha... - me interrumpe.

- Nicol cariño - se muerde el labio inferior.

- No me importa cómo te llames en realidad - intenta volver a tocarme, antes de que lo logre la tomo del brazo - lo que paso entre tú y yo anoche solo fue sexo - la veo fruncir el ceño - ¿Qué pensaría que pasaría entre nosotros ?

- Pensé que como me trajiste a tu departamento pasaría algo entre nosotros - me rio ante lo que acaba de decir - ¿De qué te ríes? - pregunta.

- Primero - enumero - este no es mi departamento - pone cara de confusión - segundo, jamás tendría algo contigo - puedo notar que se empieza a molestar - y tercero - me acerco. Hasta quedar unos pocos centímetros de ella.

- ¿Q-Que ha-hac? - se que está nerviosa por mi acercamiento.

Me inclino hacia su oído, puedo sentir que se tensa. Entonces le susurro.

- Solo tuve sexo de una noche y nada más, ah, y este lugar es el departamento de "las conquistas" - me alejo se su oído y quedo a una distancia de ella - así que no te creas importante, porque no eres la primera que pisa este lugar y mucho menos la primera que estuvo en esa cama - Miranda o como se llama parece muy molesta.

- ERES UN MALDITOOO - grita desesperadamente, esta situación esta empezando a cansarme - YO PENSÉ QUE ME HABÍAS TRAÍDO A TU DEPARTAMENTO PORQUE QUERÍAS ALGO SERIO CONMIGO, PERO YA VEO QUE SOLO BUSCABAS QUIEN TE CALIENTE LA CAMA POR UNA NOCHE - sigue gritando.

- Sabes que, no tengo tiempo para seguir aguantándote - la tomo del brazo y la saco del departamento - espero que para cuando salga ya no estés aquí - dicho eso cierro la puerta.

Escucho que golpea la puerta carbonatada y la verdad no estoy dispuesto a aguantar tal numerito. Por lo tanto, marco el número de recepción, les comunico que hay una loca golpeando mi puerta, en menos de 3 minutos dejo de escuchar bulla al otro lado de la puerta. Deduzco que ya se la llevaron.

Mi teléfono empieza a sonar, veo que es Adolfo...

- ¿Ya está aquí?

- Así señor Bolldem.

- Ya era hora - corto la llamada.


"APENAS EMPIEZA EL DÍA Y YA QUIERO QUE TERMINE"


DETRÁS DE TU SONRISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora