Rory| "La soledad era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo frio en el que se mueven las estrellas y ella era esa luz explotando a la distancia, dándole calidez a su helada soledad"
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Rory estaba en su pequeño laboratorio experimental en el sótano del edificio de los especialistas, debía pasar la energía de su don a oras cosas para que no explote como lo hizo esa mañana, las vendas en sus antebrazos, fuertemente apretadas, eran un dolor constante, un recordatorio de que ella era peligrosa, inestable, pero, aun así, a pesar de que sus poderes eran extraños y volátiles, no dejaba la idea de que podrían ser útiles si los supiera controlar, dominar.
Por esa razón, había decidido juntar sus dos amores preferidos, su fuerza y su imaginación, para poder conseguir lo que en el mundo humano tienen, granadas, bombas, armas mas poderosas que solamente espadas y flechas, se enfrentaban a una amenaza muy grande y si tan solo tuvieran armas mágicas, entonces, tal vez, la guerra pudiera estar pareja.
Por esa razón ahora, estaba intentando hacer una granada de magia, de sus dedos, salía esa luz roja, inversión de su poder original, invirtiendo las propiedades y activando la divergencia de su don, causando una fuerza repulsiva extremadamente poderosa, que repele toda la materia en sus cercanías, al ser impulsada por energía positiva y formada como una técnica inversa, es más destructiva y volátil que su poder original, pero aun mas efectiva, en especial si pudiera hacerla funcionar y ponerla contra un quemado, no quedaría nada de él.
—¿otra vez con eso? —la voz de su padre resuena a su espalda y Rory suspira dejando la granada en la mesa de metal
—un día de esto funcionara, mientras tanto, me sirve para vaciar mis reservas de energía, es lo que Dowling me dijo que hiciera cuando llegamos—murmura volviendo a concentrarse en su trabajo—¿me vas a poner a trapear los pisos? —
—no, necesito que estes afuera, entrenando—
—eso estoy haciendo—
—cuerpo a cuerpo, creí que te gustaba golpear cosas—dice divertido y Rory bufa
—sí, pero no cuando puedo dañar a alguien, aun siento esta energía cosquillear mis dedos, no quiero poner en peligro a los novatos o a nadie, en realidad— Silva pone su mano en el hombro de su hija, dándole un pequeño apretón
—entonces solo ven a ayudarme con las practicas—
—¿Por qué quieres alejarme de esto? —pregunta girándose a verlo
—sabes porque, si eso funciona, la reina Luna se enterará y no necesitamos un arma de destrucción en manos de ella ¿o sí? —Rory bufa dejando las cosas en la mesa de metal
—de todas maneras, nunca van a funcionar—exclama tomando su chaqueta y colocándosela, tenía algo de frio, Saul ríe divertido mientras empiezan a caminar juntos hacia el ala de entrenamiento, donde deja a su pequeña en manos de Sky quien acaba de llegar al lugar junto con Riven
