Rory| "La soledad era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo frio en el que se mueven las estrellas y ella era esa luz explotando a la distancia, dándole calidez a su helada soledad"
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Rory no pudo disfrutar de la mañana libre que le habían dado después de la fiesta de anoche, pues, apenas los primeros rayos de sol se asomaban por el vasto y nocturno cielo, cuando los colores morados del amanecer empiezan a pintar el cielo y los pájaros empiezan a estirar las alas para colocarse en las puntas más altas de los árboles, Rory fue bruscamente levantada por sus dos padres quienes la miraban fijamente.
Uno con preocupación, como siempre, Silva la miraba con la adoración con al que un padre mirar a su hija, Rory no sabia que pasaba, pero sabía que era algo grave, pues la mirada de Andreas era de todo menos de adoración, era de duda, desconfianza, enojo, preocupación, mientras que Silva le daba una mirada clamada, suave, asegurándole que todo iba a estar bien y que él iba a intervenir si algo se salía de control.
—¿Dónde está Beatrix? —pregunta Andreas con un tono de oz serio y los brazos cruzados, Rory se destapa un poco mirándolo con confusión, podía ver la desconfianza en sus ojos y su corazón se hundió.
Ella lo único que sabía es que había visto a Beatrix anoche, pero que, si esta no había vuelto, significaba solo dos cosas, una es que se estaba escondiendo y la otra es que las raspadoras o, mejor dicho, los brujos de sangre se la habían llevado.
Sea cual fuera la razón de la desaparición e Beatrix, todo lo que esa situación le indicaba es que era la principal sospechosa por ser la única que la ultima persona que la vio con vida, pero, ellos no podían averiguar algo como eso, así que la razón más lógica para estar en su cuarto a tan temprana ahora es porque saben que Beatrix a veces pasa las noches en su habitación a dormir.
—No lo sé—decide mentir sobre la otra noche, no quería verse más sospechosa frente a los ojos de Andreas, tal vez se lo diga después a Silva, porque este la conoce bien y sabe cuándo miente.
Desgraciadamente nunca fue buena ocultando la verdad de Silva.
Andreas frunció el ceño y avanzó hacia ella, tomándola con fuerza de los brazos y levantándola con un agarre violento, Rory se quejo de dolor, pues las cicatrices de sus brazos no estaban del todo sanadas, la estaba examinando en busca de pruebas y Rory se sintió incomoda, se alejó un poco, consciente de la mirada inquisitiva de su padre biológico.
—¿Estás segura de que no la has visto? —pregunta con un tono que insinuaba que no creía en su palabra.
Rory asintió con la cabeza y trato de controlar sus emociones. Sabía que ahora era una sospecha potencial por todo lo que Rosalind decidió revelar sobre un pasado del cual ella no tenia ni idea, sobre un poder al que ella temía y que nunca usaría en contra de las hadas, pero Andreas no iba a escucharla.
