Rory| "La soledad era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo frio en el que se mueven las estrellas y ella era esa luz explotando a la distancia, dándole calidez a su helada soledad"
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El día comenzó como cualquier día, un día absolutamente normal, Rory estaba acostada en su cama, despertándose por culpa de la alarma de su celular, el sueño pareció esfumarse de todo su ser, al saber, que ese día, sería el primer día en el que se volvería una especialista de pies a cabeza, saldría a una misión super secreta en compañía de su padre ¿Qué más podía pedir? Sabía que todo saldría bien y que tal vez sería un poco aburrido debido a que solamente era escoltar un grupo armado hasta el quemado, el cual estaba amordazado y sedado, así que no habría acción, pero el simple hecho, de ir a una misión al emocionaba mucho, se levantó, se bañó con rapidez y se puso su mejor uniforme, con su chaqueta roja de gorra, eso jamás iba a faltar, fue al área de armas donde tomo su arco rojo, su carcaj y sus flechas, observo, en un rincón al fondo de la caja, una flecha especial que había creado hace tiempo con su magia, era igual de poderosa que la granada que había inventado, pero aún no había puesto en acción a esa flecha.
¿ese sería el mejor momento para llevarla? Lo más esperado es que no la fuera a usar, así que tomo la flecha especial, que era como una flecha normal, solamente que, en el otro extremo de la punta, tenía una pequeña bolita que brillaba intermitente de rojo, señal de que su magia estaba en ella.
Su padre había dicho nada de armas extrañas, solo lo común que eran espadas y flechas así que una flecha especial, encajaba en la descripción ¿verdad? Sea como fuere, ya era demasiado tarde y la tenía en su carcaj, después de todo, era una misión relativamente sencilla, se terminó de anudar las botar y su celular vibro en su bolsillo, lo saca viendo que era un mensaje de su padre, avisándole que ya estaban en el estacionamiento, esperándola.
Rápidamente fue al lugar, donde, su motocicleta ya estaba lista, no iría en la camioneta junto a su padre, era una niña grande e iría en la retaguardia, el lugar más seguro para ir, según Rory, quien no puso objeción, mucho milagro era el hecho de poder ir a esa aventura. Antes de partir, saco se celular y abrió el mensaje de Stella, respondiendo lo siguiente:
Tu deseo se hará realidad.
Y volvió a cerrar el chat, ella quería que la dejara en paz, pues bien, es lo que Rory planeaba hacer, ya no la volvería a molestar, ya no le diría nada, es más, ni siquiera le volvería a decir princesa, si se volvían a ver cara a cara, la llamará como todo el mundo lo hace, con su nombre de pila: Stella.
Una vez lista, guardo de nuevo su teléfono y emprendió rumbo hacia el lugar de encuentro con el quemado, concentrándose solamente en la misión y nada más en su misión. Mientras, en un lugar más cómodo, Stella de Solaría se levantó de repente por un extraño sueño que se empezaba a difuminar de su mente, dejándola solamente con la sensación de vacío y de un muy mal presentimiento dentro de su ser.
