Rory| "La soledad era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo frio en el que se mueven las estrellas y ella era esa luz explotando a la distancia, dándole calidez a su helada soledad"
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En una celda, en medio de un almacén deshabitado, se encontraban Farah Dowling y Saul Silva interrogando a Beatrix, quien se hacia la victima y gritaba con fuerza para hacer que su historia fuera mejor, la que dirán en los pasillos cuando eso termine, empezó a cuestionarla y ella solo la seguía provocando.
—Beatrix, no eres la victima de esto.
—tal vez no para ti, pero te prometo que la escuela entera dirá que sí, lo siento, ¿no es la historia que querías escuchar? Mejor contemos una más interesante, ¿Qué tal esta? —se sienta en la cama viendo con reto y burla a la directora—la historia de una estudiante que no tiene idea de quien, en realidad, de una estudiante cuya magia fue arrebatada, hablo, de la bruja corrompida que tienen en esta escuela ¿Qué dirán todos cuando se enteren que ella existe? ¿Qué hará la reina Luna? —
—no sé de qué hablas
—claro que sabe de lo que hablo, Rory Silva, si es que ese es su apellido real ¿Qué tantas mentiras le han dicho? ¿Qué tan rota, sola y vacía esta por dentro? Tienen una bomba de tiempo, los quemados no serán su mayor preocupación—Dowling sale de ahí junto con Silva, incapaces de seguir escuchándola
Fueron hasta la oficina de Dowling donde se sirvió un vaso con agua, sus manos temblaban un poco y la frustración salía de cada poro de su piel, Silva a su lado, coloco su mano sobre su hombro, firme, como el ancla que ella necesitaba en ese momento para no perder por completo la compostura.
—¿Cómo sabe tanto sobre Rory?
—no lo sé
—Saul...—no necesitaba decir ni una palabra más, su mirada explicaba lo que quería decirle, su mas grande miedo, un temor que él compartía también, se separo un poco de ella y camino con paso lento, meditando, hacia la ventana, viendo la oscuridad que invadía el bosque más allá de la barrera
—no lo sabe, es imposible que lo sepa
—tengo que estar segura, tenemos que estarlo—responde caminando un poco más cerca de él—si Beatrix y Rory vuelven a hablar, no creo que se contenga, creo que le dirá la verdad, así que tal vez, debemos hacerlo nosotros primero—
—¿de verdad estas diciendo eso?
—Saul...
—Farah, tú eres la que hizo que todo fuera un gran secreto, yo nunca quise mentirle a nadie, mucho menos a Rory, creo que ahora, es demasiado tarde para decir la verdad—se niega cruzándose de brazos y con el brillo de la furia empezando a relucir en sus orbes claros
