Rory| "La soledad era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo frio en el que se mueven las estrellas y ella era esa luz explotando a la distancia, dándole calidez a su helada soledad"
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No parecía que esa noche podía ir empeorando aún más, es decir, su padre estaba en prisión, su verdadero padre acababa de llegar de entre los muertos, la directora ahora era el hada que sacrifico sus poderes y la maldijo a ser una bruja-hada con poderes de luz de luna, la barrera de su mente se destruyó al fin trayendo consigo todos sus más horribles recuerdos y, por si fuera poco, Stella estaba frente a ella luego de que Andreas y Rosalind se fueran.
Stella se veía como toda una diosa del sol, acaparando toda la luz del lugar como era de costumbre, como siempre sucedía cuando ella entraba, cuando estaba cerca de ella, su luz, su bondad y su belleza absorbían su oscuridad, su negrura, su alma manchada de la sangre de inocentes.
Se acercó a ella para abrazarla, pero cuando sus manos se tocaron, ambas dieron un paso atrás al ver una chispa que a Stella no le izo daño, pero Rory se tomo la mano con dolor, viendo como del centro de su palma empezaba a salir sangre, tenía un corte en línea recta, las gotas de sangre caían sobre el piso mientras la oscuridad se empezaba a abrir paso entre ambas.
—¿Qué fue eso? ¿estas bien? —pregunta Stella preocupada tomando un par de gasas y acercándose a Rory para dársela, pero cuando volvió a rozar su mano con la de ella, Rory volvió a quejarse de dolor y Stella se alejó
—Tranquila, debe ser una herida que no me había dado cuenta que hice—trata de restarle importancia e ignorando todo, se levanta para abrazar a su chica, aunque en ese abrazo, sienta como si algo la estuviera quemando por dentro.
Stella no era tonta, podía ser una princesa, podría ser rica y tal vez le vaya mal en algunas materias, pero no era ingenua y sabía que estaba lastimando a la chica, se aleja, aunque Rory no quiera separarse, observa, con angustia la sonrisa de Rory, la conocía y sabia que esa sonrisa era para ocultar el dolor que sentía.
—¿Qué pasa Rory? ¿Por qué ahora mi magia te lastima? —lo que menos quería Stella era dañar a su chica, a la especialista que había conquistado el corazón de la futura reina de Solaría y Rory suspira, contándole la historia completa.
De como Rosalind a petición de la Reina Luna cambiaron su magia, de cómo murió de bebé, de como los brujos de sangre depositaron su magia oscura y perversa en ella junto con la magia lumínica de la luna, de como asesino a los soldados de Solaría cuando el quemado escapó, del muro de su mente y de que ella ahora mismo no era persona estable del todo.
Cuando termino la historia, esperaba encontrar aceptación, comprensión y una mirada de que todo iba a estar bien en los ojos de Stella, pero no encontró nada de eso, al contrario, la chica se alejo de ella y Rory se levanta dispuesta a detenerla.
