Five Rules.

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Reinicio. 

- ¿Estas segura que esta todo? no vayas a recordar que nos falta algún ingrediente cuando estemos en casa.- Me dice Kihyun mientras ponemos las compras en el auto. 

- Creo que esta todo, al menos los ingredientes que estaban en la lista.- Kihyun y yo nos subimos al auto y nos ponemos en marcha hacia mi casa. 

- ¿ Y como va todo con Seo? puede ser muy estricto pero tiene mucho corazón.- 

- Aprendo muchísimo de él, aun me pone algo nerviosa ser su asistente, pero creo que se me da bien trabajar con los chicos, el horario a veces puede ser todo un infierno, pero estudiar y trabajar en esto hace que todo valga la pena.- Le digo con honesta felicidad a Kihyun y este me pellizca la mejilla como acostumbra a hacerlo. 

- Me toma dos horas y medias solo venir aquí a verte, pero cada vez que te veo con esa inmensa sonrisa en el rostro, hace que todo valga la pena, creo que mudarte a Gongju te ha hecho increíble.- Y él no exageraba, llevaba exactamente seis meses aquí en Gongju y mi vida había cambiado mucho. 

Cuando supe todo, tenia muy claro que no podía quedarme en Seúl, no podía quedarme en un lugar donde sentía que estaba rodeada de mentiras y recuerdos dolorosos. No paso más de una semana desde la víspera de año nuevo cuando le dije a Jimin y a Yeonjun que había tomado la decisión de irme, en realidad cuando se los comente ya tenia todo empacado, había decido irme de Seúl el día después de que descubrí los mensajes. La casa la puse en venta y mientras esta se vendía estuve rentando un lugar. De hecho aun rento aún que la casa ya se vendió, pero la verdad no quiero atarme a ningún lugar. Mis hermanos se disculparon conmigo por no haber sido honestos conmigo, les dije que no les guardaba rencor porque no fue su decisión engañarme en primera instancia, pero si me dolía saber que pudieron contarme más de lo que en verdad hicieron. Con el resto de los chicos perdí todo contacto, no creo que sirva de algo conservar amistades en las que no puedes confiar, aun que con Yoongi es otro tema. 

Siempre note esta molestia que Yoongi le tenia a Jungkook, siempre note el mal ambiente entre ellos, también me di cuenta que Yoongi muchas veces hablaba entre líneas y era por sus ganas de querer decirme toda la verdad. Lo entendí cuando me dijo que no era su responsabilidad contarme ciertas cosas y la verdad tiene razón, él siempre fue honesto en todo lo que respecto a nosotros se trataba, Jungkook era quien debía ser honesto y los demás al menos no debieron cubrirlo, porque muchas veces hable con Taeha sobre esto y me dijo que quizás solo eran ideas mías. Con respecto a mi padre no hay mucho que decir, no volví a hablar con él, me di cuenta que no es alguien que aprende de sus errores y avanza, lo amo es mi padre, pero no puedo perdonarlo al saber que se sigue viendo la con mujer que tanto daño le hizo a mi madre y a mis hermanos, supongo que aun que seamos familias eso no garantiza una buena relación, siento que mi amor por el se apaga cada vez más y la verdad no siento culpa alguna por ello. 

La canción que acaba de comenzar a sonar en la radio capta mi atención, dusk till dawn suena y yo cambio de estación de inmediato. No había recordado que Jungkook me canto esa canción en aquel parque de diversiones, solo que había visto el video que grabe de él haciéndolo aquella noche. Jungkook trato de contactarme en varias oportunidades aun que solo lo hizo por correo, ya que cambie mi numero telefónico y elimine todas mis redes sociales. El correo es lo único que permanecía igual y solo porque fue el que use para este trabajo, aun que sus mensajes me pasaban directo a la casilla de spam. 

Era extraño, era muy extraño pensar en él, ver los mensajes y las fotos de mi móvil, o pensar en mis recuerdos disfrazados de sueños, porque se que estaban ahí, los podía ver, los podía sentir, pero es como si estos no fueran míos, se sentían como si hubieran ocurrido en otra vida, en mi otra vida. Por eso decido hacer lo que todos decidieron por mi. Guarde aquel teléfono con las evidencias de una vida olvidada en el fondo de una caja de cartón la cual acumulara polvo, hasta el día en el que me sienta lista para poder tomarla y deshacerme de ella, si mi mente no quiere recordar, quizás es porque me quiere proteger de no sentir la perdida de lo que alguna vez tuve.