[Segundo libro]
Las almas gemelas están entrelazadas por el destino para estar juntas, sea como una eterna amistad o el más puro amor, Satoru supo que en esa vida jamás será posible que sea feliz con Draken. Ahora siendo miembro de Tenjiku trata de...
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Los altos mandos de Tenjiku se juntaron a hablar sobre lo que ocurrió en el hospital, qué harían con aquel homicidio, si mandar al frente al culpable o dejar las cosas como están, en una incógnita.
—Yo voto por echar a Sadao Satoru. — propone Kisaki, ansioso de poder deshacerse del estorbo.
—Concuerdo. — apoya Hanma con una divertida sonrisa en el rostro.
—En nombre de mi hermanito y yo, nos negamos. — habla Ran con una sonrisa pequeña. — La generación de la brutalidad hizo cosas peores; esto apenas es el inicio del temible Jabberwocky, diría mi jefe.
—Yo estoy de acuerdo, aún no me parece confiable. — expresa Muto serio.
Unas risas detuvieron al resto de seguir votando, estás fueron tomando fuerza al pasar los segundos y se convirtieron en carcajadas siniestras. El propietario de estás se levantó con los brazos extendidos y su malévola sonrisa llena de locura.
— ¿Echarlo? ¿Rendirnos? Oh, él es todo lo que Tanjiku necesita. — expresa muy excitado Izana. — Mi Jabberwocky apenas está extendiendo sus alas y descubriendo sus poderes, cuando libere el 100% ni el mismísimo Mikey lo podrá parar.
—Dices que ¿Él es más fuerte que Mikey? — pregunta con miedo Shion.
—Muchisimo más... — burla el moreno, mirando retador al rubio de lentes. — Me niego a echarlo, porque él es nuestra carta ganadora.
—Apoyo a Izana. — vota Shion.
—Apoyo a Izana. — vota Kakucho.
—Apoyo a Izana. — termina de votar el último, Kanji.
—Está bien, tu mascota se queda... — acepta Kisaki. — Pero recuerden... Él tiene amigos en la Tokyo Manji, a parte ¿No salía antes con Draken?
Con esa semilla de la discordia plantada dejó mudos a todos, era una carta peligrosa de usar, una muy arriesgada y casi imposible de llevar a cabo, pero Izana confía en él. Izana planea que su Jabberwocky acabe con todos, que él demuestre la completa brutalidad de Tenjiku.
Que acabe con todos.
—No lo hará, y si lo hace, doy mi cabeza en su lugar.
En otro lado, en un enorme edificio llamado Red Velvet, un pelinegro sostenía con esperanzas la mano de su pequeño ángel. El muchacho estaba profundamente dormido, con un mejor rostro que el que tuvo hace horas. Las lágrimas de felicidad caían por sus ojos al verlo bien, está dormido, pero según el doctor está bien, está vivo.
Hace unas horas Izana lo abandonó en aquel departamento para ir a atender una reunión de emergencia, Satoru se quedó pacientemente ahí cuando de pronto llega Rindou a invitarlo a su departamento. Pronto descubrió gracias al de lentes que todos los de Tenjiku viven ahí.
