Capítulo 23 | Final

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—Koko...

Aprovechando que Takemichi no se dedicó a mover ni un centímetro de su cuerpo, le dio tiempo a Koko para sacar de un rincón de la habitación a Tadashi y lo posicionó justo en frente de ambos.

En definitiva, Tadashi estaba asustado, pero no podía moverse mucho debido a que estaba amarrado a una silla y tampoco podía hablar o ver porque tenía una mordaza en la boca y una venda al rededor de sus ojos. Sin embargo, el cachorro había identificado la voz de su padre y comenzó a gimotear añorando estar en sus brazos, le daba miedo ese lugar, quería irse de ahí cuanto antes.

De uno de sus bolsillos, Koko sacó un arma y sin previo aviso le disparó en la pierna a Takemichi.

El fuerte estruendo y el sonido provocado del arma alteró a Tadashi, no sabía que estaba pasando pero su padre gritaba y gemía de dolor, ¿Qué era lo que estaba pasando?

El dolor era intenso, Takemichi hizo presión en la herida, no podía dejar que la hemorragia siguiera, pero tenía poca fuerza y aún no creía lo que veían sus ojos.

—Un disparo en la pierna, otro en la cadera y uno en el hombro —ríe descaradamente—. No fueron suficientes para matarme.

Con mucho esfuerzo, Takemichi intentó mirarlo a los ojos, pero la escasa luz que ahí había no lo ayudaba en lo absoluto.

—Eres una basura... ¡ERES UNA BASURA! —Koko se acercó más y lo comenzó a patear consecutivamente en el estómago, Takemichi sólo pudo hacer lo posible por cubrir su vientre aunque los golpes también iban dirigidos hacia su rostro— ¡¡LE DIJE A INUPI QUE NO CONFIARA EN TI!! —Tadashi comenzó a moverse de un lado a otro, quería liberarse y cesar los gritos, no podía ver nada y tenía mucho miedo— Y él, aún así, entregó su vida por ti.

De un momento a otro, Koko lo agarró de la camisa para enfrentarlo cara a cara en el suelo.

—Dime, ¿Así es como agradeces su lealtad? ¿Siquiera te molestaste en visitarlo? DEJASTE SUS CUERPOS TIRADOS EN LA ACERA ¿¡¿Y NO TE MOLESTASTE EN REGRESAR NI A SU FUNERAL?!?

De la misma forma que lo alzó, volvió a tirarlo al piso, esta vez provocando que el omega se rompiera el labio en el proceso.

Tadashi era un manojo de nervios y Takemichi intentaba asimilar la situación a pesar de los golpes, pero su mente estaba en blanco, todo le daba vueltas y parecía que nada de lo que estaba pasando era real, pero verdaderamente era Hajime Kokonoi quien estaba en frente suyo.

Y estaba vivo.

Cuando lo miró a los ojos fijamente, los recuerdos de ese entonces parecían apuñalar una y otra vez su corazón y todas las palabras antes dichas calaron en él, pero sólo se dedicó a observarlo sin saber que decir.

— ¿Era mucho pedir? ¿Era muy difícil para ti?

—Koko-

—Cállate que no quiero escucharte —el beta resopla fastidiado mientras se ajusta la chaqueta—, sólo quería verte una última vez para disfrutar del dolor que sentirás después de que me lleve a tu hijo.

Tadashi no podía ver, no podía hablar, no podía moverse pero había escuchado eso claramente. Comenzó a quejarse y a llorar, no quería que lo alejaran de su padre, no quería estar en otro lugar que no fuera con sus padres.

—Tadashi amor, tranquilo, no llores —intentó calmar—, no te van a llevar a ningún lado.

— ¿Qué no? —Koko ríe con más fuerza para luego tomar una silla de por ahí y sentarse en medio de los dos mientras apuntaba con el arma a la cabeza del niño— Yo no estuve de acuerdo con tu idea de irnos de Tokyo, pero por Inupi, yo accedí.

Unión Despreciable [MikeTake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora