CAPÍTULO 8

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Sunoo aparcó el auto al lado del local en que Yeong veía que era el restaurante correcto ambos salieron del auto para mirar la fachada de este era un lugar elegante sin duda las manos le sudaban Sunoo veía como se secaba con sus jeans tomó su mano sacado ambas manos.

— Amor tranquila todo saldrá bien ¿de acuerdo? — la menor asiente un poco desconfiada.

Tomados de las manos entran al restaurante en recepción piden el nombre.

— Alicia Noh...

Por aquí por favor el mesero entrega las cartas retirándose dejando a su madre mirándolos fijamente.

— Creí que seríamos las dos no pensé que vendrías con acompañante.

Kim Sunwoo un placer señora Noh — no le responde así que Yeong rápidamente actúa.

— ¿Te importa? — ahora Yeong comenzaba hartarse.

— No para nada, pide lo que quieras yo pago — toma sus manos para sonreírle.

Rápidamente la menor bruscamente quita sus manos.

— No tengo hambre a que viniste.

— Yo pediré un filete con sopa la sopa de aquí es deliciosa.

— Sunwoo vámonos perdemos el tiempo — la pelinegra toma su mano listos para levantarse e irse hasta que la voz de su madre la detiene.

— Me voy a casar...

Esas palabras hicieron que detuvieran el paso se voltea para enfrentar a su madre.

— Felicidades Alicia.

— Yo te pido que vengas a mi boda...

Sunoo miro a su novia se veía neutra algo inusual en ella pero creía que por dentro estaba rota, ella decidió hablar de nuevo lista para decirle todo lo que ella pensaba la mira a los ojos llenos de furia.

— Alicia cuantas veces te he dicho que no me interesa en absoluto verte ni menos estar aquí con tu sonrisa hipócrita, no voy a ir a tu boda así que te pido que dejes que mi padre lo agarres como mandadero me entendiste no quiero que te acerques a mi familia, no me llames, no me busques ahórrate el papel de madre que alguna vez tuviste — se va dejando a la mujer sola.

— ¡Yeong no te vayas!

— Por lo menos en estos años debiste pedir disculpas o mejor no saber nada de nosotros, estamos bien sin ti.

— Yo te quiero a ti mi niña...

— Y yo te quiero lejos de mi o del país como lo hiciste hace seis años.

Salieron rápidamente de aquel lugar entonces Yeong rompió en llanto no podría soportar tanto dolor ahora Sunoo quien estuvo callado abrazo a su novia mientras ella se aferraba a su pecho.

— Sunoo me duele mucho...

Shhh no hables amor suelta todo haciendo que se escuchara más sus sollozos.

Así quedaron por quince minutos hasta que paró su llanto, se limpió la pocas lagrimas rebeldes respiro profundo para después sacarlo los pequeños ojos cafés claros se veían a su máximo rojizo el rubio tomó sus mejillas haciendo que la mirase a los ojos ella evitaba su mirada.

— Por favor Yeong mírame — le hizo caso omiso.

— La señora que vimos hace unos minutos ya no tiene derecho sobre ti los pedio cuando ella decidió dejarlas, sino estás dispuesta a hablarle tienes derecho por ser mayor de edad pero recuerda que tus hermanas no ella puede interactuar con ellas debes de tener conciencia de ello. Así que vámonos a otro mejor lugar que alimente tu pancita.

Las palabras que dijo Sunoo le hicieron reflexionar, si en algún momento su madre quería ir con sus hermanas sería difícil, ademas ella no sabe que viven en otra mejor casa felizmente rodeados de amor verdadero porque esto es una familia unida.

Together | SUNOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora