Siete

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Dieciséis y quince.

—¿Ya le confesaste lo que sientes? —preguntó el castaño.

—No.

—¿Por qué?

—Porque no.

—Debes hacerlo.

—Te pedí que me acompañaras a hacer las compras, no a hablar —reprochó el pelinegro mientras ponía una lata de guisantes en el carrito.

—¿Pero por qué no te confiesas? —insistió el menor colocándose frente al carrito.

—Porque ella tiene novio, ¿feliz? —corrió el carrito y siguió caminando por el gran pasillo.

—Oh, lo siento mucho, Nono —dijo apenado en menor—. Pero, habrá alguien más que te guste, quizás ella no era la indicada. Como me pasó con Park Sooyoung, no era la indicada para mí y no me importó, ya la olvidé.

—Pero, comenzó a gustarte hace un mes —exclamó sorprendido el mayor.

—Sí, pero no era la indicada...

Continuaron llenando el carrito, para luego ir a pagar todo y volver a la casa de Jeno, la señora y el señor Lee no se encontraban en casa, ambos estaban en sus respectivos trabajos y volvían en la noche. Luego de guardar las cosas compradas, los dos chicos se quedaron en la sala para ver a algún programa que estuviera pasando por la televisión.

Entre los dos había un gran silencio, solo sonaba lo que proyectaba la televisión, el menor estaba muy concentrados en esta. Jeno se estaba aburriendo, desinteresado por lo que la pantalla mostraba, comenzó a divagar su mirada por todos lados, hasta que cayó en el menor, este estaba con una pequeña sonrisa en sus labios y con sus ojos brillosos, nunca había notado las pestañas arqueadas que éste tenía, su perfil no era nada malo, luego de escanearlo por completo sus ojos se dirigieron a los labios ajenos, estos tenían una linda forma y estaban húmedos, repentinamente vino a su cabeza el recuerdo de cuando se besó con su amigo y de lo bien que se había sentido el roce de sus labios con los suyos. El corazón del mayor palpitaba desesperadamente y su rostro se sentía caliente, ¿qué era este sentimiento tan raro?, rápidamente giró su cabeza y concentró su mirada en la televisión, se sentía avergonzado por alguna razón.

—¿Sucede algo, Nono? —preguntó el castaño mientras cambiaba de canal.

—N-Nada, solo... i-iré al baño —contestó nervioso el mayor, levantándose de su lugar y tomó camino al baño.





𝘊𝘰𝘰𝘵𝘪𝘦𝘴 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora