Dieciséis

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Dieciocho y diecisiete.

Jeno había cumplido dieciocho años, para festejarlo solo hizo una cena en su casa con su familia y sus únicos dos amigos. Por esto mismo, Mark se encontraba organizando una gran fiesta en su casa, en honor a Jeno y aunque éste al principio se negó, tanto él como Jaemin continuaron insistiéndole y casi que suplicándole.

Era sábado por la noche, Jeno se encontraba en la casa del menor, ya que irían juntos hasta la casa de Mark, pero Jaemin todavía no decidía que ponerse, hurgaba su armario una y otra vez, se miraba en el espejo y luego volvía a hurgar su armario.

El pelinegro se acostó en la gran cama para revisar su teléfono, él a diferencia de su amigo, solo tomó una camiseta y unos jeans, no entendía por qué su amigo le daba tantas vueltas, de igual forma se veía bien con todo.

—Oye, Jeno.

El mayor levantó la vista de su teléfono para mirar al castaño.

—¿Crees que esta chaqueta quedará bien con esta camiseta? —preguntó el menor mientras se ponía encima las dos prendas.

—Sí, quedan bien...

—Bien, gracias por ser tan expresivo.

—Lo digo en serio, cualquier cosa te queda bien —se justificó el mayor.

El menor hizo una pequeña mueca y dejó las prendas sobre la cama, comenzó a guardar toda la ropa que había sacado y dejado tirado en el suelo, si no lo hacía su madre lo mataría.

Jeno seguía en sus cosas, hasta que vió que el menor se comenzaba a sacar la camiseta que traía puesta, de pronto ya no podía quitarle la vista de encima y ni siquiera era la primera vez que veía a Jaemin sin nada puesto en la parte superior, pero de alguna manera se sentía diferente, el menor tenía su abdomen algo marcado y una espalda ancha. El castaño no se percataba que había un par de ojos observándolo con insistencia, cuando estaba por desprender el botón de su pantalón, en Jeno se prendió una alerta, por lo que rápidamente se levantó de la cama y salió de la habitación diciendo: "le diré a tu madre que ya estamos listos".

...


La señora Na los llevó hasta la casa de Mark y los dejó allí, no sin antes darle a ambos unas cuantas advertencias, se despidió de ellos y se fue, los dos jóvenes se quedarían a dormir en la casa del canadiense.

Al entrar a la casa, ya había algo de gente, la mayoría eran personas de la escuela, Jaemin preguntó por Mark a unos chicos que estaban tomando cerca de la entrada, éstos le indicaron que estaba en la cocina, así que ambos fueron hasta allí, el mayor estaba ahí junto con Donghyuck, los dos se encontraban bebiendo.

—Aquí llegó el anfitrión de la fiesta —exclamó Mark con una sonrisa.

—Hola chicos, ¿quieren tomar algo? —el moreno bajó de la isla de la cocina y se acercó al par de amigos.

—Hola Hyuck. Sí, los dos vamos a tomar cerveza —habló Jaemin—. Esta noche Jeno no se negará a ningún trago.

—¿Qué extorsión usaste para eso? —rió Mark.

—Tengo mis trucos.

—Solo acepté porque estamos festejando mi cumpleaños —alegó el pelinegro.

Donghyuck le entregó un vaso con cerveza—. Pues a divertirse.

𝘊𝘰𝘰𝘵𝘪𝘦𝘴 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora