CAPÍTULO 18: CIRCO DE INFANTES : PRT. 3

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NORIEL EN LA CUEVA

El sumo "dios infernal" se movía de un lado a otro intentando no maldecir a la dama, cuyo trabajo era acabar con la niña que le entrego. Itō se mantenía en una esquina divisándolo en silencio, aun así, a pesar de reunir todas sus fuerzas para no estallar Noriel no soportó más.

—¿Por qué me haces sentir tan impaciente? Se supone que debo estar sumido en mis aposentos con miles de cadáveres por consumir. Pero, lo único que he obtenido es tener que gastar parte de mi energía mediante un transporte de espacio temporal. ¿Y para qué? —visualizó a la dama— ¡Exacto!, no, no, no, no me mires así, todo es por qué no pudiste acabar con una maldita espadachín proveniente de un país de mierda. ¿Qué tienes que mencionar al respecto?

—¿Tengo que decir algo? —Itō observó con cierta insatisfacción al hombre—. Te recuerdo que lo hiciste por voluntad propia, ella estaba a punto de morir hasta que interferiste.

—¿Resulta que soy culpable?

El silencio dentro de la sala reinó. Noriel dibujó una sonrisa sínica, Itō intento remediarlo, al buscar para él algo que le quitase la irritación de encima.

No dijo nada más ella se apartó de la sala dejándolo solo, este no dudo en maldecir a gran voz cuando la puerta se cerró. Itō estuvo atendiéndose sus heridas, se sentía humillada, y todo por una niña que casi le corta hasta el alma. Mantuvo un largo rato sentada frente a la puerta de su habitación, no meditaba, ni hablaba, solo admiraba el silencio que le otorgaba aquel sitio. Frotó su sien, y sin más se levantó para bajar hasta la fosa.

La guarida podía imaginarse (para otros), como un basurero, pero lo que Itō reconoce es que Noriel tenga buen gusto y un afán por el aseo que no se lo quita nadie. La dama de cabellos negros caminó hasta dar con la habitación de las sonrisas, fue nombrado así, ya que en sus momentos más reprochables suele divertirse para alentarse ante las dificultades.

Al abrir la puerta, dividió brevemente a cinco mujeres que trajo consigo antes de que Noriel cerrase el portal por el que se rescató. Aquellas eran el holocausto perfecto para el "líder", necesitaba redimirse de la tontería que había hecho.

—Deben salir.

Ninguna quería moverse. La asiática caminó con brevedad tomando a una por las hebras de su hermosa cabellera, arrastrándola con ella.

Pedimos perdón por nuestros pecados...—un "clic" en el pensar de Itō hizo que se estremeciera, escuchar a la mujer rogarle a Dios le causó escalofríos—. No merecemos esto.

Continuaba implorando, tanto que sentía la garganta de la chica secarse de tanto hablar. Itō se giró para observarla y sin más respondió:

Pedimos...

BÉLKASKA: LA ERA DEL DESPERTAR #3 ✔┆FINALIZADA┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora