Al pasar cinco años, la era del despertar los azota. Base que da por finalizado el tormento de Gamba, mujer de una deidad inexplicable por debajo de la tierra; ella quién es vencida por la temible catana roja, crea aún más controversias incluso desp...
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5 AÑOS DESPUÉS:EN LA ACTUALIDAD
Las personas pensaban que el mundo cambiaría para bien. Los ciudadanos creyeron que estaban perdidos hasta que el poder fue asumido por uno de los grandes: Gényus Groover.
A pesar de que se ha sembrado el temor referente a este clan, los de alto mando mencionaron que no existe otra persona capacitada para asumir un legado como este y aunque la muchedumbre mantiene dudas de que traerá la paz o no, estaban conformes de tener a una persona fuerte en el lugar de un Nazki.
Luego de los sucesos que atormentaron a las naciones, como la invasión de Gamba con inquilinos de suma importancia, hasta la situación del linaje Nazki, todos se mantenían a alerta con los que pudiese ocurrir en los siguientes días. Mayoritariamente personas conocidas entre los grandes, como lo es Galder, otros buscados por su índice criminal.
Había saqueos por doquier, y esto se esparcía como virus.
Un sujeto de aspecto tenebroso sostenía en su mano diestra una revista que divulgaba ciertas noticias con respecto al estado de Kamphra, en resumen, podía aludir que a gritos el gobernante pedía que mantuviesen la calma, ante la tempestad que se avecinaba.
—Leo una mierda, tras otra —decía aquel hombre de aspecto encantador mientras pateaba la cabeza de los cuerpos sin vida que yacían en aquella comunidad—. Es como si no tuviesen otra noticia que darme.
Con gran sorna se paseaba alrededor de los cuerpos mutilados y picados a su alrededor, este sujeto escapó de la mencionada "prisión" que se ubicaba en el corazón de la mar, con ayuda de un inhumano que desconocen. Pero, para su bien, están agradecidos con aquel espectro.
—No deberían temerme. Es más, un "gracias" estaría bien para mí.
—Señor Moisés. —Uno de sus subordinados le llamó. Estaba sentado sobre una pila de muertos mientras calaba de su cigarro, la noche fría empezaba a joderle— no encontraremos a los fuertes de este modo. —el gran Moisés le miró con cierta desaprobación—. Es aburrido aplastarlos, ese color ya no llama mi atención.
—A mí me divierte —expresó con una sonrisa—, además ya se estaban muriendo, le hicimos un favor.
—Debemos irnos, no es la primera comunidad que atacamos y hemos dejado mucha evidencia.
El chico de cabellos vinos, quién se quejaba de forma ardua, se bajó del pilar de cuerpos donde se ubicaba, para así tomar la espada que yacía incrustada en el pecho de una dama. Sus órganos estaban a flor de loto, no es que ame desfigurarlos, pero, parece que su jefe tiene ciertos fetiches que no comprende del todo.
Tomó una coleta prestada de un par de cabellos hermosos que vislumbró en medio de la escasa luz. Rebuscó entre los bolsillos de sus víctimas obteniendo un par de monedas de algunos.
