Al pasar cinco años, la era del despertar los azota. Base que da por finalizado el tormento de Gamba, mujer de una deidad inexplicable por debajo de la tierra; ella quién es vencida por la temible catana roja, crea aún más controversias incluso desp...
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Por momentos sus ojos se cerraban con impaciencia, no recuerda bien cuanto tiempo ha estado en aquella posición, pero ya lleva rato en espera a que Kan regresará. Después de haber visitado a Aitara tomaron el camino más corto a Turán, haciendo que su entrada fuese cuidadosa, puesto que ahora sería nombrada gobernadora de un país del cual ni siquiera era suyo.
Sus botas estaban envueltas de nieve, tal y como fue advertida, al momento en que llegarían estaría cargándose del frío y aunque ahora se encontraba de pie frente a una fogata, no había nada que pudiese moderar su temperatura corporal.
Gemma agradeció las cobijas que trajo consigo, más un té caliente que Tova preparó. En aquella habitación se encontraban dos personas desconocidas para ella, quienes le miraban con curiosidad, y uno de ellos confundidos del motivo por la chica que tocaba un lugar tan prestigioso como ese. Se ubicaban en la oficina de Yaám.
—¿Puedo saber qué está sucediendo? —habló el de nariz puntiagudo.
Tova respondió al escucharlo conforme entraba por la puerta cerrando la misma con seguridad. Las ventanas estaban cerradas, junto a las cortinas, eso podía ayudar por lo menos un poco. Gemma se quitó la cobija tomando el puesto de Yaám, donde el tipo con complejos de idiota comenzó a hablar.
—Espera, espera, ¿de qué me he perdido? —notó que Gemma no tenía intención alguna de pararse, se sentía cómoda en la silla.
—Parece ser uno de nosotros —musitó el erudito Dante—. Siento que te he visto antes. —Gemma dio un sorbo a su té observando al anciano. Por supuesto, era el sabio de la ciudad, tendría que trabajar con ellos hasta que el gobernador regrese.
—Cómo sabrán...—Tova observó ambos, de pronto el ambiente se tornó pesado. Gemma esbozó una sonrisa, puede deducir que entre ellos uno de los dos no estaría de acuerdo y ese sería el de nariz afilada que no ha dejado de verle con cara de odio desde que ingreso a la habitación—. Yaám fue capturado. —El rostro de preocupación se hizo presente, ellos también creyeron que estaba en recuperación luego de aquel ataque.
Gemma analizaba con detenimiento cada acción, reacción o gesto.
—Se los dije...
Fue como pensó, el arrogante fue el primero en estallar. Gemma ya venía con un dolor de cabeza por el cambio tan drástico de clima, al parecer este sería uno más interno que no podría callar con simples pastillas o un buen descanso.
—Les dije que esto iba a ocurrir, ¿quién diablos fue?, ¿por qué vino a buscarlo?
—No tan deprisa, Will.
Ese nombre de pronto le sonó, ambos estaban batallando entre sí, y aunque no había abierto su boca, se quedó en espera a que pudiesen terminar con su debate, en asuntos como estos es mejor guardar silencio. Aunque igual no podía evitarse reírse del tipo con aspecto gracioso, luce tal y como un estúpido.
