Al pasar cinco años, la era del despertar los azota. Base que da por finalizado el tormento de Gamba, mujer de una deidad inexplicable por debajo de la tierra; ella quién es vencida por la temible catana roja, crea aún más controversias incluso desp...
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Ella se colocó de pie, el nudo en su garganta no la dejaba respirar. La fuerza en su cuerpo se disipó, su ojo izquierdo se hallaba lastimado, parte de su rostro bañado en sangre, y la mitad de lo que le permitía moverse parecía estar en reposo.
A duras penas podía sostenerse. Ella tomó su espada por inercia, estampando la misma a un costado del pecho del chico que estaba ante sus ojos. Gemma no podía evitarlo, ella necesitaba acabar con esto, Noriel se había ido y las cosas quedaron inconclusas cuando indagó en su memoria mediante los poderes oculares que solo Sonne puede dominar.
El hecho de que haya expandido un destello en el cielo haciendo que el mundo entero entrará en un sueño de segundos, le hizo perder lo poco que tenía consigo. Los secretos que guardó por años salieron a luz en un pestañear, ella, no podía hacer más, solo acató el silencio, y empuñar su espada en su hermano. Gemma trastabilló luego de aquello, escuchar el siseo de su parte, no le lleno de satisfacción, al contrario, sus ojos se humedecieron en un instante.
—Dime... Galder... ¿Qué sientes ahora?
La fuerza que incrementó al momento de estampar aquella espada en su hermano hizo que la roca en la que se recalcaba se partiera en dos. El joven solo manifestó una sonrisa en sus labios al notar lo insatisfecha que se mostraba su dulce hermana.
—Lograste matar al viejo primero que yo...
—Te equivocas...—Galder conocía ese tipo de provocación, él jamás había deseado matarlo. No obstante, en aquel entonces, Gemma si logró obtenerlo—. ¿Es poco lo que viste?, ¿notaste cómo te miraba intentando salvarte?, ¿qué basura hemos hecho, Gemma? —Ella tembló—. Papá corría hacia la única esperanza que tenía para salvar al mundo, sin estimar que ella sería quien acabaría con su vida.
Todo este tiempo fue eso. Gemma lo supuso, lo sentía, siempre creyó que era una simple mentira. Un miedo que no la alcanzaría jamás, el día menos esperado sacó a flor de loto aquel dolor que opinaba casi nulo. Las veces que le avistaba a los ojos podía notar una tristeza, invadir su semblante, nunca preguntó qué era lo que le ocurría.
Cuando miraba sus manos junto a las de él, lo único que podía sentir era miedo y un par de manchas marcando las mismas. Es cierto, el crimen ocurrido en los Groover en aquella época fue ocasionado por ella, y tras ellos, sucesos inesperados comenzaron a salir a la luz.
—Papá sabía lo que iba a ocurrir. Gregor no era imbécil, asimilaba el futuro de cada uno y siempre lo guardo; Tú conoces a la perfección a Gregor, hermanita.
Gemma enterró aún más la espada. Galder grito de dolor; Gregor era otra persona con la cual mantuvo una conexión irresistible, tanto que su muerte dejó un vacío grande en su interior, como si hubiese perdido el rumbo de la vida.
No, quizás estos sean los sentimientos de Vindan.
—La noche en la que mamá murió...—El dolor se notaba en su mirada. Gemma elevó su vista hacia los cielos. Evitar llorar no le haría más fuerte, no ahora que sus ojos lucían como si de un océano se tratará—. Mamá me confesó lo que ocurriría si evitabas que la mataran. El ciclo de los diablos se repetiría, volviendo esto en un hoyo sin fin. —Galder no sabe de dónde carajos ha sacado tanto aire para admitir lo acontecido—. Y-yo... Yo desertaría luego de matar a papá —confesó, tal y como Génova le indicó.
