Al pasar cinco años, la era del despertar los azota. Base que da por finalizado el tormento de Gamba, mujer de una deidad inexplicable por debajo de la tierra; ella quién es vencida por la temible catana roja, crea aún más controversias incluso desp...
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A su costado divisaba cómo respiraba con dificultad, sin duda era una persona digna de admirar, pero su valentía no lo salvaría de lo que ya había estado programado hace mucho, la ciudad de Turán era su objetivo; aun así, el premio mayor tenía nombre: Yaám. Era la fuente que necesitaban.
Cuando sus pies tocaron al fin aquel lugar, caminó sin detenerse hasta donde se encontraba Gamba. La situación se tornaba más sencilla para ella y aunque estaba segura de que tendría éxito en su misión, era demasiado impaciente, necesitaba saber que tan bueno fue durante el campo de batalla.
Goteaba sangre hasta no más, Yaám a pesar de no emplear toda su fuerza, se hallaba malherido en las pocas ocasiones que apenas y le tocó. La mujer miró con asombro su llegada, al costado de esta se encontraban Ender, Hillary, Itō y Aaron, quiénes se atinaban peor que él, y caldeados los ánimos supuso que había fallado por la misión. Aunque su rostro mostraba algo más, como una pizca de tristeza.
Con determinación miró el cuerpo que Galder lanzó frente a Gamba. Yaám no mostraba señal alguna de despertar, pero su respiración continuaba siendo constante sin importar la situación. Asrad tocó el mismo con su vara, moviéndolo, intentando que reaccionará, fue fallido.
—Supongo que no fue fácil —cuchicheó por lo bajo Galder notando que Aaron estaba más callado de lo normal.
No había tenido reacción alguna de Yaám, una de las personas que podía considerar "cercanas" a él, e incluso Gemma. El fortachón observó a Hillary, ella se mantenía neutral, para él, algo no iba de manera correcta.
—¿Por qué traen al pelirrojo? —cuestionó Aaron.
Gamba comenzaba a desnudarse, su piel arrugada de pronto llamó la atención de los presentes. Aaron podía deducir lo que estaba por hacer, a pesar de, no se hallaba en condiciones para detenerla, se colocó sobre sus pies y captando las miradas de aquellas personas, se dirigió hasta donde se ubicaba. No obstante, por falta de habilidad no se percató de que ella se encontraba dentro de una barrera junto al cuerpo de Yaám.
—¿Qué intentas hacer estúpida bruja? —preguntó sin el más ápice de respeto hacia aquel demonio—. Se supone que ellos son los míos, no deberías tocarlos.
Hace referencia a que sus enemigos son los miembros que una vez conoció como "amigos" los mismos que solían cuidar las espaldas de Gemma, y si bien han podido traer consigo a Yaám puede significar algo a su favor, debe admitir que no comprende lo que está sucediendo.
—De hecho, nunca fue considerado suyo, siempre fue "mío" —mencionó con una pequeña sonrisa en sus labios colocándose en la pilastra que se encontraba marcada con algún tipo de sello, aquella era distinta a lo que anteriormente había observado, y si bien recuerda, esto no era más que...
