Jugar con fuego es peligroso. Pero, él es el jodido Gustabo Garcia, el fuego quedaba pequeño a su lado.
La partida comenzó cuando conoció a esos profesores, jodidamente hermosos, y no parara hasta conseguir su objetivo sin importar lo incorrecto de...
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Cuando decidió que era buena idea caminar bajo la lluvia fue porqué pensó que sería una llovizna tranquila, finas gotas contra su pálido rostro. Y así fueron los primeros 5 minutos, todo tranquilidad y paz, hasta que toda calma se fue y empezó lo que parecía una tormenta; lluvia furiosa, viento descontrolado, truenos iluminando levemente el cielo gris y él desabrigado, era una pesima combinación.
Corrió como si su vida dependiera de ello, casi ni podía levantar la vista de lo fuerte que caían las gotas contra él, pero lo hizo. Escuchaba los carros y camiones pasar a una velocidad bastante alta a su lado, muchos de ellos lo empapaban cuando pasaban por arriba de charcos, no le importaba, ya estaba lo suficientemente mojado.
Cuando sintió que un pulmón se le iba a salir del pecho se detuvo debajo de un techo para tomar aire, se sentó en el suelo mientras miraba hacia la calle. A muchos les podía parecer asqueroso aquel día, a él se le hacía hermoso.
Estuvo sentado quizás unos 5 minutos cuando un coche se detuvo frente a él y bajaron la ventanilla dejando ver una melena tan roja como el fuego.
Y.- Que coño haces lubio te vas a enfelmal ahi sentado, ven sube al coche.
Yun Kalahari, mejor conocido como chino o ramen, apareció como un príncipe a salvarlo de su desgracia. No dudo ni un segundo en abrir la puerta y subirse al automóvil.
G.- Chino te amo, llegaste en el momento perfecto-. Suspiro mientras intentaba arreglarse el cabello mojado.- Oh lo lamento, te estoy mojando el asiento.
"Me mojas más cosas" Fue el primer pensamiento que se atravesó por la mente del asiático, más tuvo respeto y no lo dijo.
Y.- Tlanquilo, si vieras la cantidad de mielda que tiro Emilio no te sentilias mal-. Río y le guiño un ojo al rubio. No nesecitaba que el chico le diga a donde quería ir, claramente iba rumbo a su hogar, así que condujo tranquilamente hacia allí.
G.- Todavía no entiendo como tus padres te compraron un coche con 16 años, los míos ni siquira me dejan conducir-. Bufo divertido.
Y.- Plimero, tengo 16 años y medio, que en un mes es mi cumpleaños. Y segundo, clalo que no te dejan conducil si la última vez casi te matas-. Comentó con burlesco.
G.- En mi defensa, ese árbol se apareció de la nada-. Los dos rieron a carcajadas durante todo el viaje, era muy reconfortante hablar con él. Era de sus mejores amigos aunque supiera que Ramen gustaba de él.
El viaje se le hizo super corto y ameno, toda la tristeza que sentía antes se le olvidó con la compañía que tenía.
G.- Muchas gracias por traerme Yun, mis pulmones están agradecidos contigo. Hoy por la noche haré una pijamada por si quieres venir, estaremos Horacio, Segis, Emilio y yo.
Y.- Vale, veo si puedo y les aviso. Ahola ve y disfluta tu casa sola-. Los dos se despidieron y cada quien siguió su camino.
Gustabo al entrar a su hogar fue recibido por un frío que le caló los huesos. Se dirigió hacia el segundo piso donde se encontraba la chimenea y la prendió para entrar en calor. Haber estado media hora con la ropa humeda lo tenia tiritando.
