Jugar con fuego es peligroso. Pero, él es el jodido Gustabo Garcia, el fuego quedaba pequeño a su lado.
La partida comenzó cuando conoció a esos profesores, jodidamente hermosos, y no parara hasta conseguir su objetivo sin importar lo incorrecto de...
Nada de lo narrado a continuación tiene relación con la historia. Simplemente quería regalarles un os de nuestro trío favorito. <3
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24 de diciembre por la mañana y un chico rubio con perforaciones y tatuajes ya se encontraba sumamente emocionado. Apenas pudo descansar el día anterior, pues estuvo planeando lo linda que sería la cena de esa noche.
Era la primera vez que pasaría una navidad junto con sus parejas, el año anterior tenía exactamente la misma emoción pero se la pincharon al enterarse que tenían jornada completa en comisaria.
Si bien abrazar a sus novios y decirles "Feliz navidad" entre risas y gritos de policías era reconfortante, él quería algo un poco más especial.
Por lo que sabía, a Volkov nunca le emociono demasiado esa festividad. Y por otro lado, Conway solía ponerse melancólico pensando en las navidades que pasó con sus pequeños hijos fallecidos. El menor quería que dejaran esos sentimientos atrás y tengan una fiesta digna de cambiar esa mala racha.
Así que, con eso en mente, decoro toda la casa con luces y adornos navideños, así como también salió a hacer la compra para lo que comerían en la noche y uno que otro regalito.
¿Qué podría regalarle a los hombres con más dinero en esa jodida ciudad? Él lo sabía a la perfección, y más cuando paso en frente de aquella tienda de luches bonitas.
Estaba metiendo todo a la cajuela del coche cuando recibió una llamada que lo hizo sonreír bobamente.
G.- ¿Hola? Disculpe creo que se confundió de número, no esperaba la llamada de un fósil-. Dijo burlón.
C.- Muy chistoso Gustabin, ¿acaso le comiste la verga a un payaso?.
G.- Si, a dos
La risa fue inevitable de contener incluso para Jack, siendo un canto angelical para sus oídos.
G.- ¿Para qué me llamabas, amor?-. Con la mano que traía libre cerró la cajuela y caminó hacia el asiento de conductor.
C.- Quería avisarte que Vik y yo nos quedaremos aquí cubriendo el turno nocturno, ya sabes, es un día en el que hay muchos robos y peligro-. La sonrisa brillante de Gustabo se transformó en un ceño fruncido y se quedó estático unos segundos.
G.- ¿Es una broma... verdad?-. Sentía que se le iba a explotar una jodida vena a este punto.
C.- Es que Michelle nos preguntó si estábamos ocupados y Viktor dijo que no. Así que nos coloco a trabajar hasta mañ-. No termino la frase que se escucho el pitido del celular.
¿Le había cortado? Se pregunto Jack, y la respuesta era clara: efectivamente.
A los pocos segundos, escuchó el ringtone del móvil de su pareja y vio como el ruso atendía la llamada.
G.- Escúchame bien Viktor Volkov, vas a hablar con Michelle y le dirás que eres gilipollas y no te diste cuenta que tenían el día ocupadisimo. Más les vale que antes de las doce de la noche los tenga en la jodida sala o me van a conocer de mal humor.
