Jugar con fuego es peligroso. Pero, él es el jodido Gustabo Garcia, el fuego quedaba pequeño a su lado.
La partida comenzó cuando conoció a esos profesores, jodidamente hermosos, y no parara hasta conseguir su objetivo sin importar lo incorrecto de...
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Gustabo ahora mismo debatía mentalmente si tomar 50 pastillas o saltar de un puente. Cualquier opción sería mejor que afrontar la situación en la que se encontraba.
Tener al hombre con el que tanto fantaseaste acorralandote contra la pared y presionando tu pelvis era demasiada información para su dormido cerebro. Quizás si no estuviera desvelado estaría más despierto y jugetearia con la situación.
Pero, ahora mismo lo único que atinaba a hacer era respirar aceleradamente y disparar su pulso a mil. Probablemente si viera su rostro estaría más rojo que un tomate.
J.- ¿Viktor ya sabe que eres una farsa? ¿Sabe que estuvo coqueteando con un menor de edad? Que feo mentirnos de esa forma Gustabin-. Jack sintió las finas manos del menor posarse sobre sus hombros para sentirse más estable, probablemente si se alejara de él caería directamente al suelo.
G.- Perdón, no debí hacer eso, lo sé. Por favor no le diga a nadie esto, mis padres me matarían si se enteran... No solo eso, quizás hasta me expulsan del colegio o a ustedes los desp-. Parecía humanamente imposible hablar tantas palabras en un mismo segundo, pero el nerviosismo del rubio lo hacía capaz.
J.- Shh, respira nena, te vas a quedar sin aire. Nadie dijo que yo iba a informar sobre esto, solo te pregunte si Viktor ya sabia algo-. Vio a Gustabo negar rápidamente con la cabeza y prosiguió.- Bien, pues es hora de que dejes de mentir y se lo digas.
G.- ¿¡Qué!? Ni de coña, prefiero que me pise un coche-. Sintió la mano en su pelvis hacer más presión y soltó un sonido lastimero. Era una sensación muy rara pero placentera.
J.- Si no lo haces tú, lo haré yo. Es muy grave el jueguito que estás haciendo, ¿sabes?-.Conway amaba ver las reacciones de Gustabo, parecía no darse cuenta pero su rostro era totalmente expresivo.- Tienes todo este día para hacerlo.
Le dio un corto beso en la mejilla para darle a entender que no estaba enojado y seguidamente se alejo de él.
J.- Ponte tu ropa y ve al campus, solo por hoy te podrás quedar sentado en las gradas-. Estaba por darse la vuelta y salir de ahí hasta que sintió como Gustabo agarraba su brazo.
G.- Gracias, de verdad me matarían si se enteran de esto-. Le regaló la sonrisa más linda que había visto, era la primera vez que notaba los hoyuelos del rubio
J.- Anda nenaza, vístete rápido-. Antes de cerrar la puerta volvió a hablar causando micro infartos en el menor.- Claro está que mi silencio no será gratis.
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