𝓚𝓮𝓷 𝓡𝔂𝓾𝓰𝓾𝓳𝓲

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Los personajes son mayores de edad.

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C

reditos a quien me corresponda.

Estabas en la habitación de Ken tratando sus heridas debido a una pelea que tuvo y salió gravemente herido, si no fuera porque Takemichi te llamo ¿Quién sabe que habría pasado?

— Te lo he dicho, deberías dejar esa pandilla! — le diste un golpe en la cabeza.

— No es nada, estoy bien. — quejido

— ¿No es nada? Ken, casi mueres allá afuera y aún dices “Estoy bien” — tomaste el algodón y seguiste limpiando la sangre.

— No iba a morir solo por eso. — Musito

— No te imaginas las ganas que tengo de golpearte en este momento... Idiota. — suspiro.

— No puedo dejar la pandilla solo por esto, fue solo un descuido y no volverá a pasar, ya te lo dije Emma-

Draken se callo, apenas noto el gran error de sus palabras... Sabías que un seguía en proceso de superar a ese gran amor que tanto le dolió y te prometiste a ti misma estar con el todo momento.

— ¿Si? — por un momento querías golpearlo, pero tratabas de entender la situación aún por más que fuera dolorosa.

— Lo siento... — se disculpo, sabías que el te quería y trataba de hacer un esfuerzo por olvidar a esa chica.

Pero claramente, todo el proceso fue muy doloroso, aún así estabas orgullosa de él porque al menos estaba intentando superarla.

—   Está bien, lo estás intentando y estoy aquí para ayudarte. — tomaste su mentón y le diste un beso en la mejilla. — Te amo.

— Yo... — te miro con esos ojos que reflejaban melancolía.

— No te esfuerces, está bien. — sonreiste y tomaste el botiquín para dejarlo en su lugar.

Estabas por marcharte pero Draken te tomo del suéter impidiendo que te fueras.

— No te vayas, por favor. —  al parecer aún se sentía culpable por lo que hizo hace unos minutos.

— Bien, si no quieres que me vaya me quedaré aquí, contigo. — dejaste el botiquín en una mesita y te sentaste a un lado de Draken.

El se recargo en tu hombro y comenzaste a hacerle cariñitos en las mejillas, Draken no era el hombre más amoroso que existía, pero tampoco era alguien sin sentimientos que demostrar.

Tenía su “forma” para decir que te quería, ejemplo de ello fue cuando te invito a cenar en tu cumpleaños y el preparo la comida o en su aniversario cuando te llevo tus flores  favoritas a tu trabajo de medio tiempo.

Draken te hacía saber que le importabas solo que tenía problema apara expresar sus sentimientos, decir un “Te amo” no estaba en su vocabulario.

— Hay que acostarnos, es mejor para ti si descansas. — te subiste a  la cama y diste dos golpes en ella para que el contrario se acercará, Draken lo hizo y recargo su cabeza en tus pechos mientras te abrazaba por la cintura.

— No voy a dejar la pandilla. — mascullo.

— Lo sé, solo quería seguir insistiendo en ello. — miraste el techo de la habitación y luego levantaste tu mano en un puño para después extenderla en los cinco dedos.

𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭 𝐝𝐞 𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora