Holaaa, soy Ross, mejor conocida como Lyn_Matsuno. Quiero ofrecer una gran disculpa por la inactividad pero como les dije antes, mi salud mental estaba dlv y aunque si actualizaba mis fic, no me sentía preparada para actualizarlos todos de golpe o continuar con la redacción de estos debido a que sentía que era más carga ya que este es el que más vistas tiene y m daba miedo ofrecer un trabajo que no fuera de su total agrado, aún así, he ido a terapia para mejorar mi estado de animo y me eso me está ayudando así que por fin he logrado retomar este fic después de tanto tiempo, espero que puedan darle el mismo apoyo, lo amo mucho<3
Atte: Lyn_Matsuno🤍
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•Los personajes son mayores de edad.
• En este fanfic encontrarás contenido +18
• Si no te gusta "este tipo de contenido" te invito a qué no lo veas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Creditos a quien le corresponda
Quiero agregar que esto contiene a la religión de por medio, espero que sepan que no es burla hacia "Dios" o algo parecido, solo es un fic y espero que lo disfruten, de no ser así pueden retirarse y omitir comentarios desagradables.
______________________________________
Era domingo por la mañana, tu madre y tú se habían levantado sumamente temprano para asistir a la iglesia, honestamente no te agradaba tanto pero era tu madre y por ello debías obedecer, además no estaba tan mal asistir de vez en cuando. Tomaste tus cosas y saliste del departamento, tu madre salió primero ya que debía ir a un lugar antes para común Israel con las chicas del coro, tu ponotor lado debías llegar primero que todos para bendecir un dije de una cruz que tú madre te había obsequiado aunque honestamente no solo ibas por eso...
Al llegar a la iglesia, notaste que efectivamente estaba semi-vacia a excepciones de aquel hombre que llevaba un rezo en las manos, se me había vestido completamente de negro y con el cabello suelto que le rozaba casi los hombros, este como de costumbre se posicionaba en la primer banca para escuchar con claridad la palabra del señor jesucristo.
En silencio te acercaste a él con cuidado de no interrumpirlo, se mantenía con los ojos cerrados y visualizando todo lo que le pedía al señor, como la paz mundial, el perdón de los pecados y el descanso de aquellos que no lograban llegar hacia los pies, le pedía con lágrimas brotando de sus ojos que por favor se apiadara de ellos... De esas pobres almas que vagaban sin descanso.