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•Los personajes son mores de edad.
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Kisaki y tú se encontraban una vez más en medio de una acalorada discusión en las oficinas principales de Bonten. Desde que tú habías ascendido a una posición de poder dentro de la organización por órdenes directas de Mikey, las fricciones entre ustedes se habían vuelto más frecuentes y más intensas.
—No puedes simplemente ignorar mis decisiones, Kisaki. Esto afecta a todo Bonten —exclamaste, con un tono de voz lleno de autoridad y desdén.
Kisaki, por su parte, cruzó los brazos sobre su pecho, con una sonrisa burlona en los labios.
—Y tú no puedes actuar como si fueras la única que puede tomar decisiones aquí. ¿Acaso crees que no tengo voz en esta organización?
— Si sigues con tus mamaditas, no creo que alguien te tome de verdad, imbécil. — exclamaste.
La tensión en la habitación era palpable. Ambos tenían personalidades dominantes y no estaban acostumbrados a ceder terreno. Pero detrás de sus disputas constantes, había una atracción latente que ninguno de los dos quería reconocer.
Esa noche, después de una reunión particularmente tensa y frustrante, tú decidiste dar un paseo por los pasillos vacíos de la sede de Bonten para despejar su mente. La ira aún ardía en su interior, pero algo más también bullía en tu pecho, algo que no podía entender del todo.
Fue entonces cuando te topaate con Kisaki, quien parecía estar en el mismo estado de conflicto interno. Ambos se miraron con cautela, cada uno evaluando al otro como si fueran enemigos en un campo de batalla.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntaste, aunque tu tono era menos hostil que antes, cargado de curiosidad y un atisbo de vulnerabilidad.
Kisaki te observó por un momento antes de responder con su habitual sarcasmo
—No es asunto tuyo, _________.
Hubo un breve momento de silencio tenso, donde ambos se miraron intensamente, las emociones palpables en el aire cargado. Tú diste un paso hacia adelante, desafiante pero curiosa al mismo tiempo.
—No te soporto, Kisaki —murmuró, su voz apenas tenía un susurro cargado de emociones encontradas.
Kisaki te miró fijamente, sus ojos oscuros brillaban con una mezcla de intensidad y algo más. Sin decir una palabra, dio un paso hacia tí, cerrando la distancia entre ambos con decisión. Tú no retrocediste, tus ojos brillaban con determinación mientras te acercabas más a él.
Y en ese momento, en medio del conflicto y la pasión reprimida, sus labios se encontraron en un beso ardiente y tumultuoso. Fue un beso lleno de tensión acumulada y deseo inconfesado, una explosión de emociones que ninguno de los dos había esperado.
Tus labios se movían contra los de Kisaki con urgencia y un toque de desafío, mientras que él respondía con la misma intensidad, sus manos aferrándose a tu cintura con firmeza. El beso era una mezcla de lucha y rendición, una muestra física de la atracción y el conflicto que los había consumido durante tanto tiempo.
Sus manos escalaron hasta tu falda que empezó a levantar con urgencia mientras devoraba tu cuello, te empujó hacia la pared más cercana y te tomo de los muslos mientras te levantaba apoyando tu espalda en esta, sus besos se intensificaron y empezaste a retirar la parte superior de tu blusa dejando tus tetas al aire para que él oas pudiera apreciar mejor.
Kisaki llevo uno de tus pechos a su boca y empezo a morderlo y chuparlo, provocando tus gemidos.
— Ah~ — tiraste la cabeza hacia atrás.
— Shh, nos van a escuchad. — dijo, mientras te bajaba y empezaba a desabrochar su pantalón.
— ¿Lo harás ya? — preguntaste con una sonrisa atrevida.
— Sí, así que ahora dame ese culo. — exhaló, dándote la vuelta y levantando tus caderas.
Alzo tu falda y te dio una nalgada con fuerza, después tomo su miembro y lo froto un poco entre sus manos hasta ponerlo lo suficientemente duro para ti, te tomo de las manos y las colocó detrás de tu espalda.
Sin nada que decir, empezó a meter la punta y a sacarla, hizo esos movimientos repetitivos hasta que entró por completo y empezó a mover sus caderas con fuerza mientras los sonidos de su cuerpo se escuchaban por todo el lugar.
— Espera! — gemiste, con los ojos en blanco.
— No me detendre ahora. — dijo, mientras te tomaba del cuello y te acercabas a él para empezar a besarte.
Sentías como se movía en tu interior, comí abrazaban sus movimientos con fuerza y te hacían añicos, el jugaba con tu cuerpo como si lo hubiera estado deseando hace mucho. Dio una embestida final antes te ponerte de rodillas.
— ¿Me vas a dejar chuparla? — reiste, mientras frotabas su pene erecto contra tu rostro.
— Hazlo. — dijo, mientras ste tomaba del cabello.
— Obligarme. — sacaste la lengua en señal de deseo.
Kisaki te ordeno abrir bien la boca y de una embestida, introdujo su gran verga en tu boca, y te dejo chuparla un buen rato, tu lengua recorría cada centímetro de su pene y terminaron con kisaki corriendose entre tus tetas.
— Ah...— jadeaste.
— No me digas que ya te cansaste?
Después de ese beso intenso y caricias, las cosas entre Kisaki y tú, nunca volvieron a ser las mismas en Bonten. Aunque seguían peleando y desafiándose, ahora entendían que había algo más entre ustedes algo que no podían ignorar por más que intentaran resistirse.
Con el tiempo, aprendieron a navegar entre el amor y el odio que sentían el uno por el otro, descubriendo que sus diferencias y su pasión compartida eran parte de lo que los unía en un vínculo complejo pero inquebrantable dentro de Bonten.
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Nota: Espero les guste este capítulo, les regaló una actualización un día antes de mi cumpleaños, así que bueno, solo quería decirles que mi cumpleaños es el 2 de Julio, jeje🩷