𝐧𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 シ︎
-Yo, no sé qué decir. -Susurró bajando la mirada. Aquella propuesta la había tomado por sorpresa.
-Tratamos hace poco más de un mes. -Prosiguió intentando convencerla.
-Yo.. -Lo miró directo a los ojos. -¿Te puedo decir Aidan? -Consultó antes de proseguir.
Él asintió, autorizandole.
-Bien. -Agradeció. -Aidan, yo, jamás creí que cuando indagabas mis inquietudes fuera para algo así. Yo, creí que sólo querías conocerme. -Confesó con sorpresa.
-Y así es. Quiero conocerte, eso he estado haciendo. -Respondió.
-Aidan, Sé que mis disculpas no te ayudarán en nada pero, no estoy completamente segura de esto. Te lo dice una versión de mí que es coherente y que piensa las cosas a largo plazo. -Prosiguió con temor en la voz. Realmente aquella petición la había tomado por sorpresa. Algo que ella jamás hubiera visto venir.
-¿Y qué pasa si se lo pregunto a esa parte de ti que actúa en caliente sin pensar que viene después, a esa tú que actúa y enfrenta lo que sea que venga sin detenerse a pensarlo? -Preguntó acercándose a ella sutilmente, pasando su dedo pulgar por su labio inferior. Lentamente.
Trayendo a ella aquella noche.
*ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ*
La chica tenía escasas dos semanas de haber empezado a trabajar con Gallagher.
Aquella conducía a la mansión de su jefe. Ya pasaba de las diez de la noche.
Y no era como que él le estuviera insinuando algo más, ella había escogido la hora de encuentro.Esto gracias a que su contrato por alguna razón que desconocía, era diferente. Ella nunca se presentaba al área de trabajo a menos que su jefe se lo pidiera. Y realmente cuando lo hacía entraba directamente con él.
Su contrato tenía que ver con un trato muy directo con Gallagher. Por lo que, la mayoría del tiempo ella debía trabajar desde su casa, dos veces por semana iba a tratar con él a su oficina y una vez a la semana ella iba a la mansión de él. Sólo para tratar temas pendientes o dudas.
Ya que un ambiente más íntimo y privado como la residencia de él, era un lugar más cómodo, privado y tranquilo para tratar esos temas.
Al llegar, él la recibió como la primera vez. Esperándola en la puerta y guiandola.
Su sesión transcurrió con completa normalidad.
Ella decidió quedarse un poco más, él le permitió tratar fuera de lo profesional.
Charlando de cosas un poco más privadas.Por decisión de ambos, decidieron pasar a un cuarto donde había un piano, una pequeña sala y mucho espacio.
Ambos sostenían una fina copa con champagne.
Poco después, su plática comenzó a tocar temas más privados e íntimos.
Momento en el que ella retiró el gran saco nude que portaba, dejando lucir el increíble, corto y delicado vestido en color vino que resaltaba su silueta. Aquel que tenía un escote un tanto revelador.Él la invitó a tocar el piano, instrumento musical que él dominaba.
Ella accedió, siendo guiada por él.
Quien se posó detrás de ella, apoderándose de sus movimientos, con su cuerpo alrededor de ella.Cuando terminaron la primera melodía, ella volteó el rostro con sutileza. Sin saber que ese movimiento haría que su rostro y el de aquel quedarían a centímetros.
La joven quedó paralizada. Un escalofrío le recorrió de arriba para abajo, sintiendo como su cuerpo se ponía helado al paso de éste.
Sus mejillas por el contrario, sintieron arder y su corazón se aceleró tanto que sentía que este se saldría de su pecho en cualquier segundo.Su cabeza dejó de pensar de manera coherente, lo que la llevó a cerrar los ojos y entreabrir su labios, cortando aquella corta distancia entre sus rostros.
Buscando los labios de aquel.
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𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨, 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐲 𝐮𝐧 𝐁𝐞𝐛𝐞́ (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖.) [#1]
FanfictionLas cosas entre ellos se dieron rápida y perfectamente. Una preciosa pareja multimillonaria con una vida envidiable...pero no todo sería así para siempre. Ellos también lloraban...ellos también perdían. -Te escogí a ti desde el día que te vi camina...