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𝐧𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 シ︎

Quien increíblemente le correspondió.

Siendo él quien guiaba ese beso.
Con un ritmo lento, disfrutando de sus labios juntarse sin prisa ni temor.

Deleitando de la humedad sus lenguas encontrándose no tan cuidadosamente.
Mientras sus labios no detenían esa perfecta y cuidadosa sincronía.

Cuando sus labios comenzaron a separarse muy lento, ella aprovechó para morder ligeramente el labio inferior del masculino.

Cuando sus rostros se separaron, ella abrió los ojos lentamente, comenzando a reaccionar de lo que había hecho.

Había besado a su jefe.

Mierda.

-Yo.. -Susurró, callando casi al instante al ver que él negaba con la cabeza y una sonrisa de por medio.

-No te disculpes, esto es muy descarado de mi parte pero yo también deseaba probar tus labios. -Admitió con una voz baja y comprensiba.

*ғɪɴ ᴅᴇʟ ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ*

-Entonces ella respondería que estamos perdiendo el tiempo, que si eso necesitas de ella, eso te dará. -Respondió aún recordando aquel momento. Aquella noche. Cada detalle y el cuán maravilloso se había sentido. -¿Sabes que hay muchas maneras de tener un bebé sin tener relaciones, verdad? -Preguntó cambiando el tema. Volviendo a lo relevante.

-Oh, claro que lo sé mujer. -Tomó su mentón, levantando su rostro ligeramente. Haciéndola mirarlo directo a los ojos, nuevamente. -Pero quiero un hijo enteramente mío. De la manera tradicional. Un hombre y una mujer, una unión, mi semilla y la tuya formando una vida. -Admitió con una voz que ella jamás había apreciado.

Una voz un poco más sensible.

Apreciando aquellos preciosos ojos verdes brillar.

Vaya que aquellas palabras habían tocado el corazón de la joven. Meditando su petición en silencio.
Aún con aquel inefable contacto visual.

-Estoy completamente consiente de lo que te estoy pidiendo. De que estoy hablando de una tremenda responsabilidad de por vida, de que no te estoy pidiendo una mascota, ni un juguete ni un pasatiempo.
Estoy completamente consiente que te estoy pidiendo un hijo. -Acarició su mejilla deleitando su rostro tan suave y cuidado.

-¿Sólo requieres de mi matriz o también de mí como persona? -Cuestionó intentando ser razonable.

Porque, podría ser que él sólo quisiera darle un nieto a su madre como hijo único. O podría ser que de alguna manera, también la necesitara a ella como mujer.

Refiriéndose a, si sólo tendría al bebé y dejarlo hacerse cargo como padre soltero o si quería tener una relación formal con ella.

-Te necesito a ti. Toda tú con todo lo que brindas como mujer y como ser humano. -Respondió.

El hecho que le hubiera hecho esa pregunta no quería decir que por eso ya le estuviera diciendo que si.

-No voy a negar que realmente quisiera algo contigo.. -Admitió con un tanto de miedo.

Literalmente se estaba declarando a su jefe.

Además, Él sólo le llevaba un año.
Estaban casi de la edad.

-Sólo, sólo dime que fue lo que me hizo calificar como candidata. -Cambió de tema como un abrir y cerrar de ojos.

Aquel hombre le sonrió coqueto.

La verdadera pregunta era, ¿Qué no la había hecho calificar como la madre de su hijo?.

-Eres una mujer inteligente, solidaria, honesta, sentimental, directa, un tanto inocente, responsable, autoritaria. Sabes que quieres y vas por ello, Te encanta soñar y tienes el carácter para ir tras esos sueños, sabes mandar y enseñar, tienes mucha paciencia. Eres una mujer apasionada y con mucho amor para dar. Sabes poner el ejemplo con acciones, eres dedicada y te entregas por completo para dar lo mejor de ti sobre cada cosa que haces. -Contestó siendo sincero. Porque los ojos no lo dejaban mentir. -Tienes un físico y una silueta hermosa, pero de todo lo que acabo de mencionar, créeme que el físico fue a lo último a lo que le presté atención. -No, no la estaba chantageando. Ella quería respuestas y allí las tenía.

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨, 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐲 𝐮𝐧 𝐁𝐞𝐛𝐞́ (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖.) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora