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Antes de empezar quiero aclarar que este capítulo también contiene lenguaje explícito y hace referencia absoluta a lo sexual. Esto es únicamente con la intención de darle ese toque al libro. Y recuerden que es sólo un libro digital, no más. Si no te gusta o "no estás de acuerdo", te pido que te retires, nadie te tiene leyendo de a huevo, por ello coloco advertencias en la descripción. Y si te gusta este tipo de contenido, te pido que me disculpes, pues este tipo de escenarios es la primera vez que lo escribo, espero que lo disfrutes.

ᴛ/ɴ ᪥(ᴛᴜ ɴᴏᴍʙʀᴇ)

Con lentitud, sus labios se separaron de los míos, y pude escuchar como jadeaba aún un poco agitado.

Una pequeña sonrisa apareció en mis labios, sus preciosos ojos se abrieron, teniendo contacto directo con los míos.
Su mirada brillaba como no lo había hecho ninguna...tenía un brillo especial.

No tenía palabras, mi mente no conseguía articular una sola palabra.
Y realmente creo que no era necesario, la conexión que teníamos iba más allá de ellas.

Volví a sus labios con un ritmo lento. No llevaba prisa, sólo quería sentir sus labios sobre los míos, encontrándose a un ritmo perfecto, disfrutando de aquella sensación entre sí.

-¿Me sigues?. - Susurró cerca de mis labios una vez que aquel beso cesó. Su voz siempre me había encantado, y ahora podía disfrutar de esta todo el tiempo que lo deseara.

Hipnotizada por sus caricias y sin tener la menor idea de a dónde, asentí con la cabeza dos o tres veces.

Como si me lo hubiera pedido, bajé de él. Me gustaba mi cuerpo lo suficiente para no sentirme incómoda estando desnuda frente suyo.

Desnuda y vulnerable a lo que él deseara hacer.

Seguí su paso hasta la ducha.

Se me hacía poco para sólo haber tenido un orgasmo. Ahora entendía que ahí, no había terminado.

Le seguí cuando entró a la ducha y el agua comenzó a caer con fuerza sobre aquel escultural cuerpo.

Al entrar, cerré la puerta que censuraba toda imagen hacia afuera.

El impacto del agua fría me hizo buscar su calor, donde sus brazos me recibieron. Un suspiro de frío salió de mí, dejándome envolver por sus brazos. Su calor.

Estaba caliente, bastante...pero el impacto del agua fría no iba a bajar mi necesidad.

Sus labios comenzaron a besar mi cuello. Él deleitando mi piel y yo sus caricias.

-Demuéstrame que más saber hacer con esa linda boquita, porque besar lo haces a la perfección, preciosa. -Habló, ahora con ambas manos en mis mejillas.

Sonreí como toda una mujer victoriosa, amaba esto. 

Sin poner un solo pero, me puse de rodillas frente suyo, quien ya me esperaba con una gran erección.

Madre, estoy de rodillas y hoy, es para pecar y dejarme llevar por toda esta lujuria que me quema.

Tomé su masculinidad entre mis manos, él hizo la cabeza para atrás al sentir mi tacto en su longitud. El cual comencé a masturbar con un vaivén lento.

Él está algo tenso, las venas de sus manos y brazos están alteradas y su respiración está algo acelerada. 

Es él quien ahora tiene el poder de toda la situación, sus manos reemplazaron las mías. Lo miro a los ojos y él sonríe orgulloso tomándome del mentón y pasando su glande por mis labios. 

Lo deseo, lo necesito muchísimo.

Sin esperar una orden, paso mi lengua alrededor de toda su longitud, lento, disfrutando de su sabor. Cierro los ojos al concentrarme en lamer todo su pene y ya sin poder evitarlo, meterlo más de lo que cabía en mi boca. Sin dudarlo ni un segundo, repito este movimiento un par de veces sin mucha prisa, es cuando comienzo a escuchar sus jadeos. 

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨, 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐲 𝐮𝐧 𝐁𝐞𝐛𝐞́ (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖.) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora