𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨, 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐲 𝐮𝐧 𝐁𝐞𝐛𝐞́ (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖.) [#1]

０５

𝐧𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 シ︎

Él intentó no mirar pero fue imposible.
Aquel vestido era completamente pegado al cuerpo de la joven, resaltando sus curvas.
Además de que era muy corto y tenía un escote muy pronunciado.

Dejando apreciar sus muslos ni muy grandes ni muy pequeños.

Además que esos stilettos negros sólo hacían que sus piernas lucieran demasiado sensuales.

Ella dejó el trago de lado, acercándose a su cuerpo, acariciando ligeramente el pecho del mayor. Un ligero roce.

Uno que lo hizo estremecer.

Él pasó ambas manos por su cintura, un tacto casi imaginario.

-No son horas pero lo he pensado tanto Dios mío.. -Quejó susurrando delicadamente. -Sí, sí y sí. -Respondió a su propuesta.

-¿Sí? -Volvió a preguntar ahora siendo él quien susurraba muy cerca suyo.
Su voz era un poco más ronca de lo normal, algo que le encantaba.

-No tienes idea de cuánto me hace ilusión ahora que lo medité. Joder, sí porfavor. -Respondió a manera de súplica.

Comenzaba a necesitarle.

La tomó por sorpresa cuando sintió sus labios sobre los suyos.
Beso que le fue imposible rechazar.

En realidad, necesitaba de ese beso.

Desde la primera y última vez que sus labios tuvieron ese contacto ella estaba deseando volver a besarlo.
Sus labios eran adictivos.

Además joder, era todo un experto en aquel arte que era inevitable no querer otro beso a su manera.

Correspondió, siendo dominada por sus labios.

Tal y cómo la primera vez, era un beso estilo francés. Lento y con algo de pasión.

No pudo evitar gemir cuando sintió como aquel pasaba su tacto apreciando a detalle su figura.
Posandose en su trasero.

Gimiendo discretamente en medio del beso.

Sus labios se separaron lentamente, entonces ella aprovechó para pasar su tacto sobre el cuello del mayor. Abrazándole.

-No tienes una idea de cuánto voy a agradecer que seas la madre de mis hijos. -Bajó su mirada hasta su escote, deseándola.

-Y tú el responsable de mis embarazos. -Dijo un tanto juguetona.
Mordiendo su labio.

También detallando la espectacular vista que dejaba aquella camisa desabotonada.

Vaya. Quien imaginaría que de un momento a otro pasarían de una relación netamente profesional a empezar una relación sentimental.

Su respiración se aceleró un poco al sentir como aquel hombre acariciaba su espalda con la yema del dedo índice y medio.
Subiendo lentamente desde sus caderas, buscando la cremallera del vestido.

La cual encontró luego de un par de caricias. Tomando el pequeño y discreto cierre para comenzar a deslizarlo cuidadosamente hacia abajo.

Robándole un suspiro suplicante.
Nadie nunca se había dedicado a hacerla sentir verdaderamente deseada.

La joven bajó ambas manos hasta el pecho del mayor, posando su tibio tacto contra su piel.
Acercando su cuerpo al de él.

Quedando aún más cerca.

Desde donde pudo detectar cómo él empezaba a presentar una leve erección.

No supo en qué momento precisamente, pero ahora él se encontraba deslizando el corto y sensual vestido por su silueta.

Joder.

De verdad que nadie nunca antes la había hecho sentir así.
Nadie se había tomado la molestia de decirle con actos que la deseaban en verdad.

La estaba volviendo débil con sólo su tacto. Estaba deseando entregarle todo de ella.

Más allá de sólo tener intimidad y buscar un embarazo, él tenía toda la intención de hacerle el amor.

A pesar de no tener una relación afectiva ó de no conocerse lo necesario, la haría sentir amada. Y ella, le daría lo que tanto deseaba.

Y me refiero a algo mucho más grande que un embarazo.