Capitulo ocho | Editado

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Naruto se levantó con los ánimos tranquilos. Era el día siguiente después del accidente supuso que el señor hiashi estaría en el hospital así que... Terminando la jornada de trabajo le diría a guren que fueran a visitarlo. Solo esperaba no encontrase con las personas que no eran de su agrado.
𖦹
pov naruto

El camino fue tranquilo y casual, colo todos los días. Llegué a la oficina colo siempre, ahora no pase con guren si no que me dirijo hasta el ascensor tocando la torre más alta. Antes que llegara di un vistazo pero parece que no está. ¿No habrá venido a trabajar? Pero al girar la cabeza me encontré con su mochila, bien, al pareces si vino pero... ¿Donde esta? Pide ver que en el mostrador abia folder de carpeta que sbaia que esos I an directamente a la oficina del jefe.

Los tomé y el ascensor llegó, recuerdo que yo también nesesito organizar algunos que tengo en mi oficina. Todo debe estar bien para cuando regrese el jefe.

En mi oficina me quede pensando en mi error y pensé en cuándo le pediría perdón a la persona que confundí.

Listo, todo en orden, solo queda llevarlo a la oficina del jefe, en el camino me serciore de que todo estuviera bien. Vi la puerta y pie so que se siente muy sola sin el jefe, sin mas. Entre, no vi la nesesidsd de tocar por que lo único que vi en ese momento fue...

Fue la más hermosa, hermosa en el sentido de que... Ella lo era, mi corazón de repente se lleno de un calor muy extraño, ¿Quien era ella? ¿Que hacía ahí?, sentada detrás del escritorio, su mano derecha sostenía su pequeño mentón el cual descansaba en la palma de su mano, su mirada pérdida a través de la ventana a la derecha de la oficina, la luz de la mañana entra a y dejaba que chocará con esos ojos que se parecían como dos hermosas perlas esa nariz tan pequeña que juraría que de frente se vería demaciado tierna. Más abajo se encontraba aún par de labios rosas que se bean ligeramente húmedos, por alguna extraña razón quise saber que tan sabes eran.

En general, aquel rostro parecía echo de porcelana y tenía miedo de tocarlo y romperlo, se veía tan frágil, delicada y sobre todo hermosa.

Ese cabello largo y lacio que caía desde sus hombros y llegaba hasta la cintura, parecía una cascada.

Parecía un bello ángel, sin duda la imagen que valía la pena ver todas las mañanas, un perfil de diosa. Nunca lasa aria de mi mente, mi mente era la que por un par de minutos estuvo suspendida aunque su voz me hizo volver en mi.

-- ¡Hey!,¿hola? ¿Te pasa algo?

-- ¿Qu-Que? Perdón.

Sacudi mi cabeza fuerte para desvanecer la imagen de mi cabeza y aclarar mi situación, ella estaba ya d eoie frente a mi y era sin duda una diosa en todos los sentidos. La manera en la que me veia: ¿Asustada, extrañada,...? ¡Confundida, esa era la manera aunque honestamente el ver si carita así, con el ceño fruncido y sus ojos curiosos además de sus labios que se movían y me daba la impresión de que estaba hablando.

-- ¡Heeeeey!

--¡Perdón, otra vez perdón!

-- Vaya, creí que... ¿Que te pasa, por que entraste así, quien eres, que haces aquí?

-- y-yo.. Aaaah, pu-pues, puedd— No es enserio que estoy tartamudeando. — ¿Hola? — Pero si para imbecilidad soy experto.

- Ya basta, ¿Quien er...? No mejor, ¿Que haces aquí?

-- Y-Yo trabajo aquí.

-- Aaah, ¿si?

-- Claro.

-- Baya, hola. De ahora en adelante soy tu nueva jefa así que... Nesesito que salgas ahora de aquí. ¡Ya!

-- E-Espera, ¿jefa nueva? ¿Que?

-- No creo que quieras ser despedido... U-zu-ma-ki.

-- ¿Que?
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Soy Tu Dueño, Pero Yo Tu Jefa. | En Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora