Capitulo cuatro | Editado

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Se solicita un médico de emergencia en la habitación 106

Se solicita a un médico de emergencia en la oficina 106

2 personas de cada lado, una puerta azotandose con brusquedad personas entrando como si el mundo se fuera a cabar, asi era la situacion en la que hiashi hyuga en una camilla entro en aquel lugar.

—¡Rápido, rápido! No pierdan el paso. A un lado.

— Por favor señor, resista. Por favor.

— Lo siento, pero de aquí ya no puede pasar. — Dijo la enfermera deteniendome.

— ¿¡Pero que está disiendo?! Nesesito pasar, él, él... No está heik por favor, se lo suplico.

— De verdad, lo siento. Pero no se puede.

La enfermera desaparecio detras de la puerta que termino por cerrarse

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despues de una pequeña platica de naruto y una enfermera se quedo sentado a esperar hasta que...

— Hola... ¿Hola?, hey.

— Perdón, ¡¿Paso algo?! ¿Como esta? Nesesito verlos, por favor. ¿Donde esta?

— Oye espera, detente, calmate. Nesesito saber... ¿Que eres tu del pasiente?

— Yo... Yo soy su empleado. Pero lo veo como un padre.

— Bien, en ese caso nesesito que llenes algunos papeles y después de eso se dará seguimiento para que puedas verlo ¿Echo?

— Entiendo.

Naruto despues de llenar aquellos papeles se encontraba cabisbajo pensando en las posibilidades de que pasara lo peor.

No queria que eso pasara el era un buen hombre ademas de que tenia una familia.....una...familia....un momento...

naruto derrepente le entro aquella inquietud, su familia no estaba aqui no estaba enterada ¿y si el señor hishi moria?, ¿como se los diria? no, no lo podia creer ahora estaba mas deprimido que antes nada podia estar peor pero recordo que si si podia estar peor en primera no conocia a su esposa ni su numero telefonico

En segunda su hija era una "caprichosita" de primera y nisiquiera se preocupaba por la salud de su padre de echo ella fue la causante de todo esto.
Estaba furioso. Esa niñita mimada ya las pagaria
apreto los puños con enojo no lo podia creer despues le diria a guren como contactar con ella de eso estaba seguro y de algo estaba desidido la aria pagar si la vida del señor hiashi dependia de una delgada cuerda asi que por ahora lo mas importante era aquel hombre que naruto empezo a ver como un padrastro.

Los zapatos de las enfermeras rezonaban por los pasillos un que unos tacones hizieron la diferencia aquellos tacones rezonaban mucho y con el volumen que crecia se podria desir que la persona que los portaba se acercaba a la recepcion ya que llego se detubieron repentinamente.

— Buenas tardes, ¿En que podemos...?

— Hyuga.

—¿Perdon?

— Nesesito la habitación del señor Hyuga, ahora.

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Soy Tu Dueño, Pero Yo Tu Jefa. | En Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora