Capitulo treinta y cinco

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Narra naruto

El viento soplaba y movía mis cabellos, cada uno de mis pasos hacia que me quisiera quedar un rato más, pero el vuelo a España salía esa tarde y lo único que me quedaba era despedirme.

Llegué puntual al departamento donde la señorita hyuga y su belleza esperaban.

– uzumaki, hora de irnos

Me dirigí a mi maleta y la subí a la cajuela del auto, vi como el chico kiba se despedía de la señorita hyuga de una manera que... No lo sé, talves me molestaba, pero lo que más me llamó la atención fue que Karin y mi jefa se veían de una forma algo extraña y la manera, en que rara vez me voltearon a ver a mi me sorprendió.

Viajábamos en carretera y el sol se quería esconder ya, la señorita hyuga está mirando por la ventana y el color naranja del atardecer se refleja en su perfil, ahora que lo pienso me recuerda al día que la conocí, solo que ese día la mañama era algo fría y los colores que se reflejaban eran azules.
Me encanta ese tipo de dejavu. ¿Y a ti?
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– ¡bienvenidos a la madre España! Soy Fernando Moreno, dueño del terreno en que vamos a trabajar y solo quería desirles que la cena en la que acordamos se a pospuesto ya que uno de mis socios se accidentó e iremos a verlo espero que lo entienda, lindo día. —el video termino y por mi parte era mejor.

– ¡Dios! Esto no estaba en los planes —hinata se dejó caer en el respirado de la silla.

–tranquila todo se reparará se lo aseguro —dije pensado en que hacer para animarla.

¡Bingo!

–señorita, ¿por qué no la invitó a una cita? —¿¡qué?! Carajo ¿que rayos dije?

–¿u-una c-cita? —le vi algo perpleja y corregí mi error.

– b-bueno yo me refería a que si podemos salir un rato y poder salir afuera ya sabe un día un tiempo de descanso el trabajo el estrés debe estar muy estresada y además creo que en este lugar debe haber muchos lugares bellos ¿que será un solo momento? ¡Ya que si no quiere no hay problema la entiendo soy algo aburrido! Yo puedo salir solo créalo soy muy distraido y me entretengo con todo o con nada yo...

–jajajaja. —¿se está riendo? – jajaja uzumaki, usted si que es un joven algo introvertido, jajajaja ja. Perdóneme El que me ría mucho pero usted es sorprendente.

Wow, su risa. –"de echo me gusta su risa".

gracias —¿¡que?! ¡Lo dije en voz alta!

– se-señorita n-no era mi intención, perdón.

– no empieze, tranquilo, lo tomaré como un cumplido. — y de nuevo sonrió.

– jeje— ¡tonto!

– bien. ¿Nos vamos? — se levanta y me ofrece su mano "¡¿que hago?!"

– ¡claro! —me impulso adelante y tomó su mano. Es cálida, pequeña y suave.

Caminamos por un rato y llegamos a una parada algo interesante.

– ¿qué es esto señorita?

– esto uzumaki, es un lugar donde se rentan bicicletas ¿quiere probar?

– ¿en qué sentido?

– puedo rentar algunas y dar un tur por España, sirve de que no nos cansamos mucho, temos mejor movilidad y avanzaremos más rápido.

– me encanta la idea — digo alegre y caminamos dentro de la caseta.

– Buena tarde, sean bienvenidos a la madre España ¿son visitantes?

Soy Tu Dueño, Pero Yo Tu Jefa. | En Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora