Capituno cuarenta

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Naruto.

Las cuatros paredes a mi alrededor era lo único que me mantenía en mis sentidos por que de no ser así juraría que saldría corriendo a donde hinata.

Trato de pensar en las posibilidades de que hinata ya no me quiera volver a ver, por que aunque no lo parezca tenemos que hablar muy seriamente.

Escucho pasos asercandose y esperando que sean los de la mujer que antes me a dejado solo me levanto y me pego a la reja.

Tres siluetas pasan por frente mio y me miran.

– naruto, ¿como estas? —me dise la mujer de vestido verde. Guren

– mirate oxigenado ¿Estas bien? —hanabi se acerca y me analiza.

– tranquilas, estoy bien.

– vale, fuera. —dise la tercera persona el cual es un policía, y se procura de abrir la puerta para que yo salga.

– Gracias —le digo y nos indica que salgamos.

Ya una ves fuera las chicas me ofrecen una bolsa con ropa dentro.

– iremos a un departamento para que te cambies. ¿De acuerdo? —me dise guren y yo asiento.

Nos subimos a un taxi y recorrimos un buen trayecto.

Entramos a un edificio y hanabi se encargo de la resepcion.

– perdón hanabi—le dije en el elevador. –por mi culpa estas gastando.

– para nada, la que debería agráderte soy yo, salvaste a mi hermana. —me dise y salimos del elevador.

– ¿en donde está hinata? —preguntó claramente preocupado.

– por ahora no lo sabemos pero... Se que esta bien.

– ¿de cuánto fue la fianza para que saliera? Al menos para darte la mitad.—le digo a hanabi, ella se detiene y se gira hacia ami con el ceño arrugado.

– yo no pague la fianza...

Eso me deja algo aturdido.

–¿qué?

Nos quedamos en silencio un rato.

– ¿y si fue hinata? —dise guren

Lo procesamos un segundo y queda que talves si haya sido así.

Entramos y me dirijo a la ducha, ya una vez cambiado voy con las chicas las cuales están tomando té y me ofrezen un poco, lo acepto gustoso.

– ¿qué haremos?

Unos toques en la puerta interrumpen mi pregunta y nos miramos para saber si alguien esperaba algo...

– iré yo —digo después de levantarme, con un poco de suerte es hinata.

Abro la puerta y la persona del otro lado me deja algo estupefacto, un cabello rojo largo y lentes del mismo color.

– ¿Karin? —pregunte

– hola uzumaki, veo que has salido.

– si, estaba con hanabi y con...

– nesesitamos hablar —corta mi frase y dise firme.

– ¿ahora...

– si, ahora.

– claro, sólo iré por mi sudadera, ¿no quieres pasa...

– esperare aquí.

Entró y les dedico una mirada a las chicas. –Saldré con karin les susurro y ellas asienten.

Soy Tu Dueño, Pero Yo Tu Jefa. | En Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora