Capitulo nueve | Editado

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𖦹

- No lo entiendo... Yo... — Intente excusarme pero las palabras no salían.

- Solo dije: Fuera. — Señaló la puerta detrás de mí

- Si, si. Compromiso, perdón.— Sin más, salí lo más rápido posible.

No perdí tiempo, mi espalda por un segundo toco la puerta pero mi corazón salto al mismo tiempo que corrí a recepción.

-¡Guren! — Grite fuerte haciendo que ella me mirara a lo lejos.

- ¡Narutito!, ¿Como amaneció el rubio más querido por mi? — Pregunto esperándome recargada en su escritorio.

- Bien gracias, ¿y tu que tal? — Me recargue de igual manera y sonreí. Ella me devolvió la sonrisa. — ¡Ese no es el punto! El punto es que... ¡Hay nuevo jefe!.

- ¡Si! La señorita ¡haaa! Ya la conociste, ¿hermosa no?

- ¡Es lo mas hermoso que he visto en mi vida! —un sonrrojo aparecio en mi cara al darme cuenta de lo que dije y de la mirada picara de guren.— ¡No! No lo malinterpretes, es que yo... Bueno como sea, el punto es que ya la conozco.

-¿Y? ¿Que tal?

- Carga con un carácter. — Dije algo incómodo y no queria dejarme llevar de nuevo. —¿ Que quieres que te especifique? Me saco a patadas de la oficina.

- Eso no pasó y lo sabes.

esa voz era tan dulce..... aunque en esa situacion fue escuchar lo peor de tu vida.

Mi cuerpo junto con el de guren se tenzo tanto que comenzamos a temblar.

lentamente comenze a girar mi cuerpo para verla de nuevo

- Se-Señorita, estf... Este yooo... Ammmm.

- Guren, los últimos documentos de hace un rato, los nesesito en mi oficina.

Me ignoro por completo y se dirigió a guren

- Señorita, la verdad es que... Yo ya no me encargo de eso. — Guren se escucho muy dudosa

- ¿Entonces?

- Se encarga su secretario personal: El joven Uzumaki. – Me miró de reojo para indicarle que yo estaba a un lado.

giro su mirar para encontrarse con la mia y ahy estábamos chocando miradas yo sonrei de manera nerviosa y a la vez estúpida.

-Supongo que escucho que nesesito. Lo espero en mi oficina y que sea de la manera que me gusta.

el ruido de sus tacones comenzo a alejarse solo vi esa hermosa y pequeña espalda ...mi mirada de un momento a otro desobedecio a mi cerebro y comenzó a viajar por el cuerpo de mi jefa desde ese cabello negro azulado hasta sus caderas que se movian relamente bien....esa linda falda que le quedaba a la mitad de las piernas....y que piernas gruesas, blancas y perfectas en esos tacones parecia una diosa.

-¡Esos ojitos! ¡Naruto!

-¿¡eeeh?! ¡No digas tonterías! — Sacudi mi cabeza a los lados ante la interrupción de mis pensamientos y me fije en la cara pícara de guren

-¡Disimula por favor! Ahora tengo que ir por un trapeador, mira como dejaste el suelo con tu baba.

-¿Que? No es enserio. — De manera disimulada me tocó el mentón, solo por precaucion.

Soy Tu Dueño, Pero Yo Tu Jefa. | En Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora