SERENA. 🌙Han pasado catorce años desde que me casé con Seiya y no me equivoqué al darle ese “sí” que cambiaría mi vida para siempre llenándola de felicidad.
Apenas regresamos de Nueva Caledonia nos pusimos manos a la obra con los preparativos de nuestro matrimonio, fue algo muy sencillo pues sólo queríamos que nuestros familiares y amigos más cercanos asistieran, invité a mis amigas de la preparatoria las “pioneras” en mi relación con Seiya, la única que no pudo asistir fue Lita debido a que vivía en otro país, Amy venía con su esposo y sus dos pequeños hijos, niños muy inquietos y que le causaban dolores de cabeza al pobre de Zoisite, Mina venía en compañía de Yaten y vaya que me sorprendieron pues jamás me imaginé que tomaran en serio su relación al igual que Seiya y yo, ella traía un vestido rosa un poco amplio a causa de su avanzado estado de embarazo, y eso que decía que sería una soltera muy codiciada y millonaria pero vaya que Yaten supo echarle la soga al cuello o al revés, en fin. Rei por su parte seguía tan regia como siempre, su cuerpo perfectamente tallado y ese vestido negro que le quedaba excelente, complementándolo con sus bromas que no podían hacer falta.―Mi más sentido pésame Sere.― saludó ella.
―Oh, Rei, tanto tiempo sin vernos… espera, ¿Por qué mi más sentido pésame?.―
―Porque es tu funeral, adiós a la preciosa soltería y los aquelarres (reunión de amigas) de antes.―
Levanté mi dedo índice frente a ella.
―Tsk, tsk, tsk, no, te equivocas, cuando unes tu vida a la de esa persona especial hasta tu propio “funeral” es bueno.―
―Por Dios, iré por un trago, tanto romance me empalaga.―
Al igual que ellas también asistieron Luna, Petzite, la señora Serenity y su esposo, solo aquellos a quienes estimaba realmente.
La recepción estuvo espectacular, luces, fuegos artificiales, comida y mucha diversión.A la media noche partimos a nuestra luna de miel, a Roma misma que Seiya apodaba como “la ciudad del amor al revés” nos divertimos bastante visitando el Vaticano, asistiendo al gran coliseo entre otras atracciones, después hicimos un tour por toda Italia aprovechando para ir a Parma y visitar a Lita quien nos recibió con los brazos abiertos y una exquisita comida.
Como era de esperarse ella también se “enamoró” de Antoine, lo cargaba y lo arrullaba aunque no lograba hacerlo dormir, era lógico, un niño muy activo y de una edad de más de un año, finalizamos el tour en Florencia la ciudad donde viviríamos, Seiya compró una casa en el campo aunque no muy lejos de la ciudad, era hermosa y lo suficientemente espaciosa, podría decir que el triple de la casa de mis padres. Observé cada lugar con detenimiento, desde habitaciones hasta el jardín, preservando con detalle recuerdos del lugar en el que la dicha sería infinita…
Me encontraba sentada en mi sillón favorito bebiendo una taza de café tibia, al lado de la ventana observando como la lluvia caía, a decir verdad adoro los días lluviosos, la neblina cubriendo las montañas y resaltando ese tono azul oscuro que se ve desde las lejanías, al calor de la chimenea ni se siente la inclemencia del frio, lo cual me hace disfrutar del paisaje sin complicaciones, definitivamente en esta familia la única que disfruta de esto soy yo, mis hijos en cambio estaban en sus cuartos, ellos al igual que su padre detestan el invierno y la brisa helada en especial Chibi-Chibi ya que nació con un problema de asma motivo por el que debe abrigarse lo mejor posible, ella es una niña independiente a su edad, sabe cuidarse muy bien y sigue las indicaciones al pie de la letra, por lo menos eso lo sacó de mí, mientras que Antoine prefiere quedarse pintando no sobra decir que ese don lo sacó de Seiya, y además es lo único que le da tranquilidad en días como estos.