𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 07: 𝐌𝐈 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃.

25 6 1
                                    



                        Serena… 🌙

Pase un día ameno con Seiya, y es que aún conservaba ese lado loco y divertido de hace diecisiete años, desayunamos en la cafetería a la que me invitó, algo me hizo pensar que lo tenía todo planeado para nuestra salida ya que me llevó hasta una mesa hermosamente decorada, podría decir que era la más bella del lugar; pronto el mesero se nos acercó con un desayuno especial, muy diferente a otros que he probado.

―¡Wow! Esta… está muy bello todo esto.―

―¿Te gusta?―

Asentí y él sonrió.

Tomamos nuestro desayuno mientras que hablábamos sobre algunas cosas sin importancia, luego Seiya me invitó a ir al cine; donde vimos una película de comedia romántica.
Estábamos tan entretenidos en la cinta que no me di cuenta que había entrelazado su mano con la mía, hasta que repentinamente bajé la mirada hacia el soporte de la silla e inmediatamente me solté de él, voltee mi rostro para otro lado un poco temblorosa pero al mismo tiempo sonriente por los breves momentos de contacto.

Sentía mis mejillas calientes como cuando era una adolescente, seguía sumergida en los cortos instantes de felicidad que experimenté.

―Emmm, perdóname― se disculpó

―P… pero ¿Por qué?― pregunté saliendo del trance.

―no… no debí.― trató de explicarme pero las personas de atrás nuestro nos pidieron que nos calláramos y no tuvimos otra opción más que obedecer.

Continuamos viendo la película, aunque no pudiera concentrarme debido a ese momento; ese corto momento en el que me sentí tan feliz, después de tanto tiempo me había tomado de la mano.
Miles de sensaciones se expandieron por todo mí ser, haciéndome sonreír en silencio pues no quería que me sacaran del cine a causa del bullicio.

Terminamos de ver la película y salimos del lugar, luego Seiya me llevó hasta un parque de diversiones en el que revivimos aquel día que él fue hasta mi casa  a pedirle permiso a papá para salir conmigo, fue de los momentos más memorables para mí pues desde entonces empecé a sentir afecto por él.

Pronto comenzó a oscurecer y decidimos dar un agradable paseo por la ciudad, Seiya me contaba chistes que me arrancaban bastantes carcajadas; definitivamente me hacía falta todo esto, podría decir que hasta me olvidé de mi trabajo con la hiel de Beryl, pero sin importar el estrés que eso me generaba, sólo quería disfrutar el momento.
Llegamos hasta la baranda que se  encontraba a orillas de una fuente enorme, los dos nos recargamos en ella y de un momento nos dispusimos a hablar del pasado, de lo que pudo  ser y no fue.

― ¿Sabes? Serena…―

―Si.―

― Todo esto me recuerda algo―

―Y ¿Qué cosa es?―

―Emmm, no sé si tú también lo recuerdes pero… hace ya muchos años, también te había invitado; en condiciones similares; ¿te acuerdas? Cuando le llevé una caja de puros a tu papá y un ramo de flores a tu mamá… y que estabas cubierta de harina…―

A medida que Seiya relataba aquel recuerdo, mi corazón empezó a latir con fuerza mientras mis ojos se llenaron de lágrimas producto de la felicidad que me embargaba.

“Lo recordó” me decía a mí misma, y eso me provocaba una felicidad gigantesca.

―Claro― respondí mientras trataba de aplacar mis sentimientos alborotados.

―Serena… ¿Alguna vez llegaste?… ¿llegaste a sentir algo por mí?― preguntó exhalando un suspiro.

De manera inexplicable quise sonreír tontamente y entonces lo voltee a ver fijamente.

― No lo sé― respondí.

Por un momento todo se quedó en silencio, Seiya observaba concentradamente hacia un punto fijo mientras apretaba sus labios uno contra el otro.
Por mi parte dirigí mis ojos hacia los edificios de la ciudad tratando de distraerme, hasta que de repente su voz me hizo regresar a él.

― ¿Por qué no me hablas de ti?―

Fruncí el ceño a causa de su pregunta, por lo que giré mi rostro hacia él.

―¿De mi?... y ¿Qué es lo que quieres saber de mi?― pregunté.

―Muchas cosas… que nunca llegamos a decirnos― respondío.

―Y ¿qué te puedo decir? Mi vida no es la gran cosa.― dije ―Mejor hablemos de ti.―

Luego de escuchar mis palabras el semblante de Seiya cambió a uno de frustración, exhaló un poco de aire por su boca lo cual me puso inquieta.

―¿Pasa algo?― pregunté.
Seiya negó.
―Mejor hablemos de ti… primero las damas.―
―No es justo… los hombres siempre se valen de eso para evadir cierta clase de cosas.―

―Vamos Serena― exclamó con una leve sonrisa.

Me quedé observando fijamente a Seiya quien no cambiaba de parecer, fue entonces que decidí narrar de una manera muy breve.

―Emmm, soy Serena Tsukino, tengo 32 años…―

―Espera― interrumpió ―No tan desde el principio, creo que no me hice explicar; quiero que me relates ¿Qué ha sido de tu vida desde el día que dejamos de vernos?―

En ese momento sonreí, pues en verdad no tenía nada para contarle, sin embargo sentí algo que me impulsaba a hablarle.

―Pues ¿qué te puedo decir?, si todo te lo dije ayer en la noche.―

―Eso fue muy breve, y no tuviste tiempo para contarme algo más… por ejemplo, ¿Qué puedes decirme de tu vida sentimental?―

Inmediatamente dejé salir una gran carcajada, pues recordé todo mi “historial” que no era un panorama muy bueno pero que de todas formas hacia parte de mi experiencia.

―Serena…― exclamó.

―¿Y qué te puedo decir?... Mi vida es una porquería.―

―No me importa, igual quiero saber―

Al oírlo recordé su obstinación; nunca se cansaría de insistir hasta que le diera una respuesta.
Cerré mis ojos y dejé salir mi último suspiro.

―Pues; lo natural de la vida, tuve varios novios a lo largo de mi juventud, cómo toda mujer, creyendo que podría casarme algún día y formar una familia pero… todo fue un fiasco. Cómo te puedes dar cuenta soy un completo fracaso en el amor.―

―¿Por qué lo dices con ese tono?―
Al oír la pregunta de Seiya no tuve más remedio que contarle todo.

―Porque siempre que quiero algo no puedo tenerlo, desde siempre, desde que estábamos en la escuela.―
―¿Lo dices por tu novio?―

La pregunta de Seiya dio en el blanco, y debido al poco tiempo que compartimos los dos le fue de provecho para conocerme.

―Así es―
―Y puedo saber… ¿Quién era?, digo, si no te molesta que te lo pregunte―

Negué.

― Era; era Darien, Darien Chiba.―

―¿Qué?― preguntó sorprendido―No inventes, ¿Darien Chiba? ―

―Si, ¿Por qué?― pregunté y él sonrió.

―Él y yo fuimos amigos en un tiempo, es más ambos fuimos a la misma secundaria.―

Me quedé suspensa al oir lo que me decía,

“Ahora resulta que Seiya los conoce a todos; al principio fue con Setsuna y ahora con Darien… Serena todo el tiempo fuiste tan inocente, la única que no se enteraba de nada.”

Exhalé un suspiro con algo de cansancio.
― ¿Y tú? ¿Qué me puedes decir de ti?―

Al igual que al principio el semblante de Seiya cambió a uno de desengaño y por consiguiente se negó a hablarme.

―No estamos hablando de mi, si no de ti.―

― Pues ya terminé, ahora es tu turno.―

Seiya contrajo sus labios mientras que su mirada se tornaba debilitada.

―Seiya―

El dirigió su mirada hacia mi acatando a mi llamado.

―No importa si no me lo quieres contar, yo sabré entender.― dije con una leve sonrisa. ―Bueno, creo que ya se me hace tarde y tengo que trabajar.―

Traté de marcharme cuando escuché la voz de Seiya, la cual me hizo detenerme.

―¡Espera!―

Dirigí mi rostro hacia él.

―Nunca pensé que hablaría de mi vida personal, y menos que le interesaba a alguien, pero por alguna extraña razón, que no puedo explicar… yo confió en ti.―

Pronto una lágrima empezó a rodar por su mejilla aunque él tratara de esconderla fingiendo fortaleza.

― Mi vida ha sido un Caos desde siempre, a pesar de ser el hijo del dueño de una cadena hotelera y tener dinero por montones…  nunca he sido feliz, no sabes lo que es lidiar con un padre ausente y menos con una madre que ignoraba tu existencia y que no estaba al pendiente de tí, siempre me sentí solitario y nunca le vi sentido a la vida, y… por eso.―

De repente Seiya detuvo su relato mientras observaba a un punto fijo, y nuevamente sus ojos de llenaron de lágrimas.

―Por eso…―Insistí.

―Serena yo… yo caí en las drogas.―

De inmediato puse mi mano a la altura de mi boca producto de la sorpresa y al igual que a Seiya mis ojos se llenaron de lágrimas.

―Llegué a fumar marihuana desde los doce años, todo con tal de salir del hueco emocional que tenía… así  pasé muchos años, a decir verdad ya nada me importaba. Hasta que entré a la preparatoria, por petición de mi padre ya que de la anterior me echaron por mala conducta…fue allí donde te conocí.―

―Si, lo recuerdo  aquel día que junto a Yaten molestaban a Mina―

―No, de hecho… fue mucho antes―

Hice una cara de sorpresa al oir esa parte del relato de Seiya.

― Siempre te veía con tus amigas… riendo, hablando… siendo tan espontanea, hasta reconozco que tuve envidia, tú lo tenías todo, todo lo que yo deseaba. Sin embargo la oportunidad se presentó ese día y desde entonces quise acercarme un poco más hasta que se convirtió en una agradable costumbre, tal vez fui un poco intenso, pero sólo quería que  por lo menos alguien me escuchara, que me dijera que se preocupaba por mi, algo. Pasó el tiempo y por cuestiones del trabajo de mi padre tuvimos que mudarnos a Kioto, y no fue fácil para mi despedirme de una persona tan especial como tú pero no tenía otra opción. Y lo demás ya lo sabes, supongo que Artemis te lo contó, fui a estudiar a Florencia y bueno regresé porque debía encargarme de las sucursales aquí… pero para serte sincero… lo que tienes parado frente a ti es sólo a un hombre que a pesar de tenerlo todo se siente vacio en su interior.―

No pude contener mis lágrimas y me eché a llorar, e incluso me recriminé lo injusta que fui con él, pero no sabía nada y ni siquiera trate de entender; siempre pensaba en Darien y en un futuro que nunca tendríamos cuando en realidad había alguien que desde las sombras pedía  a gritos mi ayuda.

🌟𝑸𝑼𝑰𝑬𝑹𝑶 𝑽𝑬𝑹𝑻𝑬 𝑶𝑻𝑹𝑨 𝑽𝑬𝒁. (Terminada✅)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora