𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 06: 𝐓𝐄 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐓𝐎 𝐀 𝐒𝐀𝐋𝐈𝐑.

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                        Serena… 🌙


Regresamos al apartamento con las chicas quienes no dejaban de molestarme con el temita de Seiya.

―El amigo de Artemis está como quiere― decía Petzite de manera divertida.

―¿Viste cómo se le quedó viendo a Serena?― preguntó Luna provocando que sonriera.

―¡Cierto!― gritó Petzite. ―Y ella también lo miraba―

De manera inmediata las dos se pararon frente a mi deteniéndome el paso, me miraban con ojos picarescos y una sonrisa de oreja a oreja.
Me sentí un poco apenada, y es que ya conocía esas miradas; querían que les contara todo con pelos y señales.

―Te sonrojaste― dijo Luna.

Puse cara de asombro y con mis manos la toqué; en efecto estaba caliente y si a eso le añadimos que traía una enorme sonrisa la cual no podía borrar, pues eran tantas sensaciones, tantas emociones desatadas en una sola noche que ni yo comprendía lo que sentía.

―Por la forma en la que sonries, fue amor a primera vista― alegó Petzite.

Voltee mi rostro para otro lado, ya que sabía que si las miraba fijamente me echaría a reír. Como pude dejé de sonreír y apreté fuertemente mis labios para disiparla.

― ¿Y qué me dices de la forma en la que se conocieron? ¿Ah?― preguntó Luna

―Sí,  se mataban con la mirada; no cabe duda, amor a primera vista― respondió Petzite.

En ese momento las mire con algo de picardía, de repente Luna me lanzó una mirada con algo de sospecha, luego abrió sus ojos como platos para después sonreír.

―No.― exclamó sin despegarme la mirada.

Petzite nos volteó a ver a ambas y rompió el aura de silencio que había en el pasillo.

―¿Pasa algo? ― preguntó.

Sin embargo Luna y yo seguíamos mirándonos fijamente y sin prestarle atención a Petzite.

―Serena Tsukino… no me digas que…― sonrió maliciosamente y yo asentí.

―¿Qué pasa?... cuéntenme― insistia Petzite.

Las dos nos echamos a reír a carcajadas, provocando la furia de Petzite quien dejó de insistir.
Al verla tan furiosa no nos quedó más remedio que contarle.

―Pues es que…Seiya y yo, Seiya y yo nos conocemos desde antes.― dije.

―Lo sabía― manifestó Luna.― lo sospeché, no era natural esa mirada entre ustedes.―

Petzite se tapó la boca con sorpresa y luego sonrió, sus ojos brillaban con una lucidez indescriptible mientras se me acercaba para preguntar.
Terminé por contarles la otra parte de mi historia con Seiya mientras caminábamos a lo largo del pasillo y llegábamos a la puerta del apartamento.

―No te lo creo… ¿Te dio su número?... muéstrame― ordenó Petzite pero negué pues quería que el tema de Seiya fuera algo similar a un secreto, un secreto sólo para mi.

―¿Y lo piensas llamar?― preguntó Luna

De repente me eché a reír como cuando era una adolescente, pues en algo tenían razón; y era en que lo llamaría apenas llegara a mi residencia. Estaba emocionada, ya quería llegar a casa y tomar mi celular para hablar con él aunque fueran sólo unos minutos, teníamos tanto de que hablar, tantas anécdotas tantos recuerdos que aún no olvido y que desde lo más profundo de mi alma deseo que el tampoco.

―¡Serena!― llamó Luna.

―Si― respondí saliendo del trance.

Una vez más mis amigas rieron y tan rápido como nos fue posible ingresamos al apartamento.

―¡Llamalo… llámalo!― presionaba Petzite.

Tuve deseos de llamarle de inmediato pero decidí ser prudente y esperar.
Corrí velozmente hasta mi habitación, me desmaquillé y me quité el vestido, cepillé mi cabello y lo sujeté a un lado.

Las chicas al igual que yo, también se cambiaron pues era tanto su interés que no querían perderse ni un solo detalle, busque entre mi bolsa y saqué mi celular, estaba un poco nerviosa pero calmarme respiré hondo.

Tomé también la tarjeta la cual guardé en el bolsillo interno de mi bolsa, anoté el número y esperé a que contestara.

―¿Hola?... ehhh, ¿Seiya?―

Las chicas se ubicaron al lado de mi oído para oír nuestra conversación, mediante señas les pedí que guardarán silencio ya que no quería que interrumpieran en mi conversación.

―Sabía que llamarías― respondió. Escuché su risa la cual provocaba que mi corazón se acelerara como un loco y que nuevamente me subieran los colores al rostro.

―Ehhh, si es que…― me había quedado sin habla, no sabía cómo responderle, las chicas me aconsejaban en voz baja de como dirigirme a él y que decirle pero me sentía al igual que antes.

―¿Te morías por hablar conmigo? gatita― expresó con ese tono de voz travieso y perverso que siempre empleaba para ponerme inquieta.

Luna y Petzite me miraban con asombro y reían en silencio poniéndome insegura; Por Dios, me sentía como colegiala enamorada. Hablando por teléfono a hurtadillas.

―¿Estás sola?― preguntó.

―Emmm, si.― afirmé.

―Excelente… porque quería hablar contigo; solos tu y yo.―

―Si, adelante― respondí iniciando con esto una larga conversación.

Tardamos hasta la media noche hablando por teléfono, tanto que mis amigas terminaron por dormirse en los sillones mientras que yo disfrutaba el hablar con él.
Casi todo el tema de conversación fue nuestro encuentro y lo mucho que extrañábamos vernos, pues tal y como Luna me lo dijo él también pensaba en mi, al oir esas palabras salir de su boca las mariposas en mi estómago empezaron a revolotear, la sensación era intensa y muy agradable.

Al darme cuenta de lo tarde que era, decidí dar por terminada la conversación pues tenía que ir a dormir, pero Seiya insistía en que no me fuera y que habláramos un poco más pero me sentía cansada por todo lo ocurrido en el transcurso del día o más bien de la noche. Al final Seiya comprendió y se despidió de una manera dulce y gentil. Caminé hacia mi cama y me recosté con una sonrisa en los labios.

___

Era sábado por la mañana, me levanté de la cama con un  semblante de alegría, estiré mis brazos para reincorporarme luego flexioné mis rodillas y las tomé con mis brazos, seguía sonriendo tontamente mientras observaba errantemente hacia la ventana, el sol ya se había elevado por el cielo permitiendo una mejor vista de la ciudad.

Recordé mi encuentro con Seiya la noche anterior; y es que nunca pensé en volver a verlo después de tanto tiempo, pensé que se convertiría en un recuerdo de esos que se meten en lo más profundo del alma y se quedan para siempre; pero no, con él no era asi.

Mientras organizaba mi mente, oí el sonido de mi celular que reposaba en la mesa de noche, voltee hacia el y lo tomé, tenía un mensaje de Seiya, lo sabía porque había memorizado inconscientemente su número.

«Buen día preciosa»

Sonreí al ver ese mensaje e inmediatamente respondí con un “Buen día”.

«Me gustaría invitarte a salir… ¿puedes?»

Una vez más sonreí, pues en el fondo si deseaba salir con él a donde fuera, sin embargo dudé un poco, ya que tenía trabajo pendiente pero recordé los consejos de Petzite,

“deberías respirar, descansar un poco; no todo en la vida es trabajo”

De una forma u otra decidí hacerle caso y aceptar la invitación de Seiya.

«Ok»  respondí.

«Paso a recogerte, dame tu dirección.»

Me sonroje de inmediato, y sin pensarlo dos veces le envié la dirección del edificio.

«Perfecto, paso por ti en una hora.»

Inmediatamente me levanté de la cama y corrí hacia el armario, preparé mi ropa para salir, luego me metí al baño para darme una ducha.
Me maquille de manera sobria, y me vestí. Le pedí a Luna que no pusiera la mesa para mi pues desayunaría con Seiya, Luna sonrió y se despidió de mi.

Bajé hasta la puerta del edificio y me dispuse a mirar para todos lados, hasta que escuché un silbido detrás de mi, me giré y allí estaba, los dos nos sonreímos  mutuamente.

―Hola.― saludaba gentilmente

―Hola, buen día― exclamé.

Seiya se acercó hasta la puerta y simulo un beso en la mejilla, un beso que terminó por darme en la comisura de mis labios.
Me quedé estupefacta por la acción de Seiya, en ese momento recordé que en la preparatoria me había dado uno similar en el coliseo y frente a todos, sonreí al remembrar aquel bello recuerdo.

―¿Vienes?― preguntó mientras se acercaba a un automóvil.

Reaccioné y me dirigí a él quien de manera caballerosa me abrió la puerta para que ingresara.

―Te va a encantar el lugar al que iremos―
―Eso espero―

Seiya encendió su automóvil y condujo hasta el centro de la ciudad, se detuvo frente a una cafetería/restaurant que se veía elegante.

―Aquí es― dijo tomándome de la mano y llevándome al establecimiento.


🌟𝑸𝑼𝑰𝑬𝑹𝑶 𝑽𝑬𝑹𝑻𝑬 𝑶𝑻𝑹𝑨 𝑽𝑬𝒁. (Terminada✅)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora