Capítulo 1. El bar

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"La chica roja; millonaria, hermosa e inteligente. ¿Lo tiene todo en la vida?. Muchos desean ser salvados por ella pero ha dejado a más de uno en el abismo, de las tres hermanas la más antipática y egoísta, no dedica miradas a quien están por debajo en su escala social, pocos son capaces de conseguir siquiera una palabra suya. Inalcanzable, como la estrella más alta, así es la princesa de Las Vegas."

Una carcajada llena el espacio, mi carcajada.

Tan poco me conocen....

Lo que dicen de mí no me genera ningún interés, no soy alguien que se alimenta de la basura que los demás echan.

Tiro a la basura la revista que tiene mi rostro en la portada.

No suelo hablar con la gente porque no soy sociable, más bien un ratón de biblioteca que se ha pasado la mayoría de su vida estudiando, que las personas que no me conocen piensen que soy superficial solo demuestra lo que ya dije; no me conocen.

Soy hermosa, sí, no es resultado de mi alto ego que piense así, lo soy y punto, porque los genes de mi madre fueron heredados hacia mí.

Al parecer ser pelirroja de ojos azules y cuerpo de infarto tiene tendencia a ser especial según los estándares de belleza.

Odio las cámaras, pese a que he crecido rodeada de ellas, mis hermanas y yo hemos sido a través de los años sus víctimas.

Ser hija de un magnate y una actriz ha traído consecuencias, y si le sumo haber ido a campeonatos nacionales de artes marciales pues ..... mi fama creció aún más, el trauma causado a mi yo adolescente fue tan grave que dejé los entrenamientos a mitad de campeonato.

Ahora a mis 24 años recién graduada de medicina estoy feliz de mis logros alcanzados. He logrado que los reflectores se olviden de mí por un rato, aunque siempre haya alguno que otro periodista que me reconozca en la calle y escriba cosas como estas.

En cuanto al amor, pues, me da risa que piensen en mí como una rompe corazones. Ni siquiera he tenido tiempo para enamorarme, la universidad ha absorbido mi tiempo completamente.

La verdad, sí, lo intenté, pero acabó apenas a los tres meses, cuando lo encontré en la cama compartiendo saliva con mi compañera de habitación.

Después de esa fatídica relación decidí centrarme en la medicina.

Ahora estoy literalmente aplastando mis maletas para lograr cerrar el zepper.

Mañana domingo a las dos de la tarde sale mi vuelo a New York, ciudad donde viviré los próximos años de mi vida hasta terminar mi residencia de cirujía Cardiotorácica en un hospital privado donde trabajan los prodigios de la medicina nacional.

Termino justo a tiempo para escuchar mi móvil sonar con la canción peculiar que Vanessa; mi hermana menor se ha puesto como tono de llamada.

__ ¡Valeria estoy fuera de tu depa! __ grita mi hermana con voz chillona

__Acabo de salir del baño Vanessa quedamos que a las nueve y son las ocho y media __ respondo poniendo los ojos en blanco.

Pongo el altavoz para comenzar a vestirme.

__ No me culpes por tener miedo a que te arrepientas, nunca quieres salir conmigo __ dice y casi puedo visualizarla haciendo un puchero.

__ Faltó poco para pedírtelo de rodilla, aceptaste solo porque te vas mañana y no vuelves hasta que tengas más de dos días libres seguidos y conociéndote eso será en un par de años.

__ No seas exagerada _ respondo poniéndome la falda, había elegido un conjunto de saya y blusa de cuero que hace juego con mis botas negras favoritas

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