Capítulo 5. El regalo

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Una semana ha pasado desde "el incidente" con el innombrable.

No me hagan pensar en su nombre, no quiero.

Estoy poniendo todas mis fuerzas y energías en Harry Potter.

Es inmaduro lo sé, pero si hablamos de inmadurez el caído tiene más cola que le pisen. Se ha dedicado a ignorame toda la semana, eso o me mira enojado como si hubiera cometido el pecado más grande del mundo.
No sé si es por el golpe o por no permitir que su juego conmigo llegara más lejos.

Yo también jugué

Cállate subconsciente con síndrome de Estocolmo

La verdad que no me dirija la palabra, me ignore o me mire enojado me ha ayudado a superar lo que pasó.

Mentirosa

Bien. No dejo de pensar en eso. En él. Pero al menos ya no quiero meter la cabeza bajo tierra como avestruz cada vez que lo veo.

Sigo igual de confundida, eso sí, no entiendo por qué me pasa esto con él, precisamente con él, a quien debo odiar con todas mis fuerzas, quien me mantiene cautiva en esta jaula de oro, quien amenazó a mi hermana y a mí de muerte, quien me encadenó. En fin, la lista de por qué debería de odiarlo es larguísima.

Aún así toca una fibra en mí, cuando me toca olvido lo malo y mi cerebro solo puede procesar lo bien que se siente estar entre sus brazos.

Estoy empezando a creer que su perfume pueda contener oxitocina.

Suspiro.

Dejo el libro encima de la cama y me decido a salir del cuarto por primera vez en el día de hoy.
Camino a la cocina y para mi sorpresa me encuentro a toda la familia reunida.

Ana se encuentra batiendo huevos, Rodrigo está cortando unas fresas y lo más sorprendente del día; Ángel está concentrado en amazar lo que parece ser una masa gigante de harina.

Rodrigo al verme sonríe y se lanza a darme un abrazo.

Le respondo el abrazo extrañada.

__ Es su cumpleaños __ me aclara Ana

__ Oh. ¡Felicidades! __ digo emocionada

__ Adoro cumplir años __ responde como niño feliz

__ Me recuerdas mucho a mi hermana __ digo sin pensarlo

__ ¿Es guapa?

__ Vanessa es guapísima, peeeeero....

__ Siempre hay un pero

__ No quiero romper tu corazón pero no quiero matones en su vida

Rodrigo rompe a reír y agradezco que no se lo halla tomado mal.

__ Hipócrita __ escucho su voz ronca a mis espaldas y me giro para enfrentar al imbécil.

Lo observo enojada mientras sus ojos me miran divertidos, tiene puesto unos shorts y una camisa blanca que deja entrever sus maravillosos músculos, sus manos están sucias por la harina y las mantiene a la altura del pecho para no ensuciarse la ropa.
Cuando estoy a punto de gritarle sus verdades escucho a Ana aclararse la garganta.

__ Todos los cumpleaños de Rodrigo nos hacemos regalos entre todos, es como navidad. No le gusta recibir solo él regalos, si quieres puedes participar, Patricio también lo hace todos los años.

Ángel aún me sostiene la mirada y yo paso de esta para mirar a Ana.

__ Lo siento pero no tengo mis tarjetas de crédito, ni puedo ir de compras.

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