Capítulo XXII

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Cinco.

Me encuentro en el apocalipsis. Miro a mi alrededor, confirmando que estoy en el apocalipsis.

¡No!

No quiero estar aquí de nuevo.

Comienzo a correr sin rumbo, pero me detengo al observar a unos cuantos metros delante de mí, el cuerpo de ________.

Ella... Yo... La salvé.

No debería estar aquí, no ella.

—¡Cinco! —escucho a lo lejos que me llaman.

Me doy la vuelta y observo detrás de mí, solo para ver como todo comienza a desaparecer.

—¡Cinco!

Es ella, reconocería su voz a kilómetros. Comienzo a correr hacia la voz, y entonces la logro ver, corro más rápido, pero antes de llegar, caigo en un hoyo y todo se vuelve oscuro.

Abro mis ojos, y me doy cuenta que todo fue un sueño.

Me encuentro en una cama, ¿Cómo llegué aquí?

Me siento cansado y con un poco de dolor de cabeza.

Me siento en medio de la cama y miro a mi alrededor, pero detengo mi vista al ver a Luther sentado en una de las sillas, se encuentra dormido.

¿Dónde está _______?

Me voy a acostar de nuevo, pero me detengo al escuchar la voz de Luther.

—¿Cinco? —pregunta, mientras se acerca a mí.

—¿Dónde está ________? —pregunto, sin rodeos.

—Primero, respóndeme algo —dice, pongo los ojos en blanco.

—Bien, que sea rápido, no tengo tiempo.

—Ayer, mencionaste algo acerca de un... ¿A que te refieres con apocalipsis? —pregunta.

—Supongo que ya no se los puedo ocultar —digo. Sabía que esto pasaría—. Sucederá en un par de días y yo aún no tengo las herramientas necesarias para detenerlo —le explico.

—¿Cuándo se supone que será... El... Apocalipsis? —vuelve a preguntar, después de un largo silencio.

—No puedo darte la hora exacta, pero... Por lo que deduje nos quedan cuatro días —digo.

—¿Y por qué no lo mencionaste antes? —pregunta.

—No habría importado.

—¡Por supuesto que sí! —exclama—. Podríamos habernos unido, para ayudarte a detenerlo.

—De hecho, ya lo intentaron —digo y Luther parece sorprendido.

—¿Lo hicimos? —pregunta, incrédulo.

Me quedo unos segundos en silencio.

—Los encontré allá afuera... Sin vida —digo, recordando la vez que los ví.

—¿Nos matan?

Me quedo callado.

                Flashback.

Camino sin rumbo entre los escombros. A lo lejos puedo ver algo saliendo de los escombros y rápidamente me acerco, pero ya estando cerca puedo distinguir mejor lo que es.

Me arrodillo a lado del cuerpo de Diego. Las lágrimas no pueden evitar salir al ver a Luther, Allison, Klaus y Ben, muertos, todos se encuentran juntos.

Lo siento si alguna vez dije que te odiaba.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora