Lo siento si alguna vez dije que te odiaba.

Capítulo I

Narrador omnisciente.

El primer día de octubre de 1989, 43 mujeres de todo el mundo dieron a luz, lo raro de esto es que ninguna de ellas estaba embarazada cuando comenzó el día, Sir. Reginald Hargreeves, un excéntrico multimillonario y aventurero, decidió adoptar a la mayor cantidad posible de esos niños, que en total fueron 8.

Cada uno tenía una habilidad especial:

Número 1.
Luther: super fuerza.

Es capaz de recibir golpes y tiros que otros no pueden.

Número 2.
Diego: controlar y manipular la dirrección de sus cuchillos.

Número 3.
Allison: manipular la mente de los demás, diciendo «oí el rumor...»

Número 4.
Klaus: comunicarse con los muertos.

Irónicamente le teme a los muertos, por lo que usa alcohol y drogas para automedicarse y mantener sus poderes amortiguados.

Número 5.
Five: saltos en el tiempo.

Tele-transportarse a cortas y largas distancias a través del espacio. Sin embargo su poder tiene límites y saltar varias veces en un corto espacio de tiempo lo agota.

Número 6.
Ben: controlar y convocar a las criaturas de otra dimensión desde un portal en su estómago.

Número 7.
Vanya: es ordinaria

Número 8.
_______: invisibilidad

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_______.

Voy bajando las escaleras para dirigirme al comedor. Mamá Grace nos informo que bajemos a desayunar. Normalmente suelo levantarme treinta minutos antes del desayuno, apenas y me da tiempo a alistarme. Normalmente todos tenemos que estar cinco minutos antes de las siete, para desayunar.

Siento a alguien detrás de mí, y justo cuando voy a voltear siento unas manos en mi espalda, y no tengo tiempo a reaccionar cuando soy empujada y caigo inmediatamente de las escaleras.

Maldición.

Maldigo mentalmente al ver mi rodilla sangrando, me he pegado con un maldito escalón al caer.

El daño sería menos si el maldito viejo nos permitiera utilizar pantalón, igual me hubiera lastimado, pero no mucho. Solo nos deja utilizar pantalón aveces.

—Oh, te has lastimado —dice five, llegando a mi lado y fingiendo preocupación. Se arrodilla hasta estar a mi altura.

Siento su mirada en mí y alzó la vista. Lo primero que veo son sus ojos. Siempre tienen un brillo... Verdes brillantes. El verde de sus ojos es muy diferente a los de Klaus. Los de five son... ¿Lindos? No sé que es, pero hay algo en ellos que los hace diferente.

—Tarada —me llama five, chasqueando sus dedos a la altura de mis ojos. No me dí cuenta que durante este tiempo me quede mirando sus ojos.

Desvío la mirada hacia la izquierda y abro los ojos en asombro al ver a Klaus, su mirada está en nosotros. Vuelvo mi vista al frente y me doy cuenta de que five está muy cerca de mí.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunta Klaus. Five se separa de mí, se pone de pie y mira a Klaus con una expresión neutra. Segundos después me pongo de pie, con algo de dificultad.

Voy a contestar, cuando Klaus vuelve a hablar.

—No, ya sé, ¡No me digan! —dice Klaus, five y yo intercambiamos miradas, confundidos—. Estaban a punto de darse un beso, lo sien...