Capítulo XXV

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Nota de la autora: no sé si ya vieron la serie, entonces, tendré que especificar lo que cinco hizo después de que _______ (ustedes, pues) se fueran, porque puede que algunos no la hayan puesto.

Se preguntarán, ¿Por qué digo esto, bueno más bien, escribo esto? Pues verán, yo solo pensaba poner.

Ejemplo:

Cinco.

Después de que Luther... Bueno ustedes ya saben lo que pasa después, de que Luther y cinco, citan a Chacha y Hanzel... Bla, bla, bla.

(Y de ahí ya iba a proseguir con la narración) pero, pues como les digo no todos se han visto la serie y bueno, jajaj. También porque quería especificarlo.

Bueno, ahora si sin más, comencémos...

Cinco.

Después de que _______ se va, me quedo en mi habitación, haciendo las ecuaciones para poder encontrar al posible causante del apocalipsis, pero soy interrumpido por Luther, quien me amenaza con tirar a Dolores por la ventana si mato a las personas posibles causantes del apocalipsis.

Sus muertes no importan, pero ya saben... Así es Luther.

Después de un buen rato de estar platicando con Luther, se me viene una idea a la cabeza. Supongo que Chacha y Hanzel estarán haciendo hasta lo imposible por encontrar el maletín que Klaus perdió, así que debo aprovechar eso.

Luther y yo conseguimos un maletín lo más parecido al de Chacha y Hanzel, para después llenarlo con herramientas.

Por último, les mando un pequeño mensaje a Hanzel y Chacha hacía el hotel donde se encuentran, para después Luther y yo salir a esa dirrección.

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Unos minutos antes de que aparezcan Diego, Klaus y _______.

Veo el auto de Hanzel y Chacha, pasar enfrente de Luther y yo, para después estacionarlo.

Me giro hacía Luther, él me voltea a ver de inmediato.

—Si todo esto sale mal, dile a Dolores que lo lamento —le pido—. Ah, y también dile a _______, que... Olvídalo —tengo que decírselo yo, pero si no la vuelvo a ver...

Abro mi boca para decir algo, pero la vuelvo a cerrar al escuchar pasos a los lejos.

Me doy media vuelta y veo a Chacha y Hanzel caminar hacia nosotros, tienen sus máscaras.

Me dirijo hacia ellos yo también. Me detengo al estar ya a unos pasos de ellos.

—Es necesario las máscaras—-les digo y ambos se quitan su máscaras, para después lanzarla a lo lejos.

—¿Dónde lo tienes? —me pregunta Cacha seria y firme.

—Ah, ¿Así serán las cosas? Saben, podemos volver al auto e ir a casa —le amenazo, mientras meto mis manos en los bolsillos de mis pantalones cortos.

Veo a ambos sacar una pistola y apuntarme con ella.

—No llegarás ni a mitad de camino —me dice Chacha con cara de pocos amigos.

—Puede ser, pero como habrán descubierto en su encuentro anterior, mi hermano, no es un típico giganton.

—Sí, le echaste esa lámpara encima y se levanto como si nada —le asegura Hanzel a Chacha, quien lo voltea a ver de reojo.

—Antes de que su bala lo toque, dejará su valioso maletín hecho polvo —les amenazó, ellos se miran entre sí

—Tambien a nosotros, ¿No? —escucho decir a Hanzel—. ¿Y cómo nos ayudamos?

Lo siento si alguna vez dije que te odiaba.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora