Lo siento si alguna vez dije que te odiaba.

Capítulo XXVII

_______.

Comienzo a subir las escaleras, pero antes de llegar al final de estás, veo a alguien bajar las escaleras distraídamente.

Me acerco inmediatamente a él y al verme veo como se tensa.

—¿Quién eres?

—Leonard Peabody —me dice con una sonrisa.

—¿Qué estás haciendo aquí Leonard?

—¡Oh, cierto! No me conoces, ¿Verdad? —me dice divertido, pero yo solo me le quedo mirando seriamente.

—Es obvio que no te conozco, si no, no te hubiera preguntado quién eres —le digo obvia, a lo que él ríe nerviosamente.

—Soy el novio de tu hermana —me dice.

Solo tengo dos hermanas, Allison y Vanya.

Allison, bueno... Se acaba de divorciar, aparte de que creo que le gusta Luther, no creo que este tipo sea su novio.

¿Vanya? Ella parece ser la clase de chica que está soltera, aunque no es como que toda su vida se vaya a quedar sin novio.

Sí, efectivamente, Vanya.

—Oh, ya veo —les respondo después de minutos de estar en silencio—. Cuídala muy bien si no quieres que te rebane el cuello —le amenazo, lo digo en serio, aunque para él seguro piensa que estoy bromeando.

—Oh, claro —me dice nerviosamente—. Por cierto, ¿Quién es usted? —me pregunta y yo suelto una risa.

—_______ Hargreeves —le contesto.

—Vaya, nunca la había visto en persona.

No me interesa.

—Bien, que tenga un buen día, señor Peabody —le digo sonríendo amablemente.

Este tipo no me da buena espina. Ambos nos quedamos viendo a los ojos mientras yo subo las escaleras y él baja.

Dejo de mirarlo y rápidamente me voy a mi habitación. Cierro la puerta de mi habitación detrás de mí y me aviento sobre la cama, cayendo boca abajo.

—Leonard Peabody —susurro su nombre.

Me levanto rápidamente de mi cama y tomo mi mochila, saco una sudadera color morado y unos pantalones cortos.

Hace como dos días que no me baño. Me dirijo al baño que está en la habitación y me doy una ducha rápida. Me peino rápidamente el cabello y salgo de la habitación.

Bajo las escaleras de dos en dos escalones y llego rápidamente al primer piso.

—_______, espera —me dice alguien detrás de mi, pero simplemente lo ignoro y sigo caminando, pero soy detenida por alguien que me toma del brazo.

Me doy media vuelta y me suelto bruscamente del agarre de Diego sobre mi brazo.

—Ahora estás enojada, nosotros somos los que deberíamos estar enojados contigo —me recrimina Diego.

—No estoy enojada, Diego —le digo seria—. Simplemente tengo prisa, aparte de que supongo que aún están enojados conmigo y supongo que no me quieren ver.

—Estamos enojados contigo, sí, pero ahora no hay tiempo para eso, ¿vas a acompañarnos?

—Al menos yo no estoy enojada con _______ —habla Allison y la volteo a ver.

—Yo tampoco —dice Luther.

Sonrió un poco.

—Me gustaría acompañarlos a lo que sea que vayan a hacer, pero tengo cosas más importantes que hacer —les digo amablemente.