Capitulo XVI

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-Llegamos -dice cinco, estacionando el auto.

Observo la casa a través de la ventanilla del copiloto y veo que estamos en un departamento de siete pisos.

Salgo del auto y me pongo aun lado de cinco. intercambiamos miradas y volvemos la vista al frente. Siento como me toma de la muñeca delicadamente, poniendo su dedo pulgar en medio de la palma de mi mano y los demás alrededor de mi muñeca.

-¿Por qué siempre me tomas de la muñeca? -pregunto volteando a verlo, él sigue con la vista al frente.

-Porque si te agarro de la mano nos van a sudar las manos y no quiero estarme secando las manos a cada rato -me explica tranquilamente.

-Buen punto.

Cinco se teletransporta llevándome a mí con él. Aparecemos en un pequeño departamento. Apenas y puedo ver algunas cosas del departamento, pues todo se encuentra a oscuras. Busco algún apagador, pero lo que encuentro es una lámpara de noche que está sobre una mesa que está a lado de un pequeño sillón, la enciendo y entonces comienzo a observar el lugar. Es pequeño, pero acogedor.

Para una persona no creo que esté mal. Camino por un pasillo y hay dos puertas, una está hasta el fondo y la otra antes de llegar a la del fondo.

Entro a la que está antes, es el baño. Busco en el pequeño cajón que está aun lado del espejo, algo para curar la cortada del brazo, rápidamente encuentro el botiquín de primeros auxilios y lo saco.

Me regreso a la sala y veo a cinco sentado en el sillón que está a lado de la lámpara de noche.

Me acerco hasta él y le enseño el botiquín de primeros auxilios. Él toma el botiquín y se pone de pie, me hace una seña con su mano para que sea yo la que se siente en el pequeño sillón.

Tomo asiento y cinco se arrodilla delante de mí, me toma del brazo y me hace extenderlo hacia él, la herida ya no sangra.

Cinco examina la herida y después de unos segundos se pone de pie y camina hasta desaparecer por el pasillo, unos minutos después lo veo regresar con un jabón de barra, un poco de agua y un trapo.

Se vuelve a arrodillar delante mí y veo que sumerge el trapo en el agua, lo saca y lo exprime un poco, quitando el exceso de agua, le pasa el jabón al trapo y acerca el trapo a mi herida, siento como pasa el trapo delicadamente por la herida y no puedo evitar soltar un quejido de dolor

-Auch -digo cuando vuelve a pasar el trapo por la herida.

-Shh -dice, con la vista en mi brazo y con una cara de concentración absoluta. Siento como pasa suavemente el trapo por la herida.

Después de unos cuantos minutos de estarme limpiando la herida, saca un ungüento del botiquín de primeros auxilios y toma un poco con su dedo índice, lo unta en la herida y encima me pone una gasa.

-Ya -se pone de pie y bosteza. Se ve cansado. Creo que voy a curar su herida-. ¿Qué esperas para quitarte de mi lugar?

-Este no es tu lugar -digo frunciendo el ceño

-Lo es, ahora quítate -me ordena, pero ni crea que lo voy a hacer.

-No -digo firme.

-¿Sabes? No me importa, quédate con el -se da la vuelta y se sienta en el sillón que está aun lado del sillón donde yo estoy sentada. Es un poco más largo que el sillón donde me encuentro sentada y está a unos cuantos pasos de la entrada.

-¿De quién es el departamento? -le pregunto, pero cinco parece perdido en sus pensamientos.

No obtengo respuesta así que no vuelvo a hablar durante los siguientes minutos. Me comienza a dar sed así que me pongo de pie y me dirijo a la cocina, que se encuentra a unos cuantos pasos de la sala. Saco un vaso de la alacena y me sirvo del agua que hay en la jarra.

Lo siento si alguna vez dije que te odiaba.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora