23. Ojos de cachorro.

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¡Hola mis bonitos lectores! ¿Actualización mañana? Sí, porque hoy serán dos capítulos para ponernos al día y no quería que pasaran su noche de 24 leyendo solo un promp medio tristón, así que se sube luego en capítulo para procesarlo. No confien en cómo parte el capítulo, porque termina muy diferente, nadie se me suste.

✩ Advertencias: Mención explícita al abuso sexual infantil. Si bien, no es algo que se menciona como descriptivamente del suceso, a mí me generó cierta reacción, es fuerte, así lo sentí. Y pido responsabilidad al leer, porque este tema puede ser reactivante para quienes han pasado por algo así, si es muy fuerte, dejen de leer o tomen un descanso.

 Y pido responsabilidad al leer, porque este tema puede ser reactivante para quienes han pasado por algo así, si es muy fuerte, dejen de leer o tomen un descanso

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Eiji ha tenido un aborto espontáneo.

Eiji...

Su bebé.

Mierda.

Ash lo recuerda como si se lo hubiesen quemado en las pupilas, a cada instante procura echarle una buena cantidad de gasolina a la imagen para seguirse atormentando en ese festín de dolor. Pasó tan rápido que aún luce irreal, como si fuese a despertar en cualquier momento de una pesadilla y viese a su dulce omega dormitando a su lado, con un tenue hilo de saliva entre sus labios (es un bebé aún, pero se enfada si lo dice), con sus delgados y fornidos brazos rodeándolo alrededor del vientre para que su calidez sangre a través del alfa.

Se cuestiona constantemente por qué no ha visto las señales, cenaron igual que todos los viernes con los chicos, el ambiente seguía tenso a causa del encuentro con Arthur, no obstante, aprecia que no se mencione explícitamente el tema, luego observaron con orgullo la exposición que Eiji preparó para su trabajo de final de ramo antes de que se fueran a la cama a solas. La primera señal que captó su atención fue la demora que su novio tuvo en el baño, intentó no darle vueltas, de que la paranoia no tomase el control de su nueva vida, pero el omega salió con el pijama ensangrentado hacia abajo, con los ojitos muy llorosos mientras hacía un esfuerzo sobrehumano para pronunciar una palabra.

Una sola palabra.

«Aborto».

Luego no escuchó más, no pudo, se quedó congelado en la cama, mirando cómo la sangre escurría desde los muslos de Eiji hacia el suelo mientras temblaba con las orejas gachas, con delgados hilos de lágrimas goteando sinfín por sus regordetas mejillas hasta su boca agrietada y tiritona.

«Ash, llévame a un hospital».

Esas fueron sus siguientes palabras.

«Te lo suplico, Ash».

Y esas fueron las palabras que lo hicieron reaccionar.

Le costó más tiempo procesarlas y las siguió fuera de sí, agarró las llaves de la motocicleta, ayudó a que se cubriera con más ropa incluso ahogado en el dolor y condujo al hospital más cercano. No han dicho más desde que lo ingresaron, se ha quedado afuera del pabellón, con la frente apoyada contra los nudillos, con las lágrimas cayendo inertes de sus pestañas y un nudo acrecentándose tras cada mera respiración.

Release the bunny [Omegacember]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora