10. Parche.

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¡Hola mis bonitos lectores! No hay mucho que reportar, estoy muerta, pero este capítulo es bastante dulce, tiene de mis sagradas referencias preferidas, sé que la reconoceran altiro, obvio. Y ya el capítulo de mañana se viene más intenso.

¡Espero que les guste!

¡Espero que les guste!

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—¡Es un conejito!

Bones salta encima de Eiji apenas se meten en el bar, es el local que frecuentan en Downtown para planificar los siguientes movimientos de su pandilla. Su subordinado se restriega de forma errática contra las mejillas del omega, lo ha apenado, aunque Ash todavía no es experto en este ininteligible idioma que solo puede ser leído por un versado, de a poco ha aprendido a desglosarlo. Además, hay una descarada debilidad por enfocarse en los gestos de ese chico, una debilidad alimentada por una ferviente curiosidad y un regodeo de dulzor, es extraño.

—Sabía que olía demasiado dulce para ser un recesivo. —Sing lo contempla embelesado, examina al japonés de pies a cabeza, no lo culpa, los omegas dominantes son extraordinariamente escasos, es una curiosidad casi infantil la que chispea en sus pupilas—. ¡Su cola es suave! —Al menos, lo era hasta que el bastardo aprieta la colita de algodón del moreno.

—¡Sing! —Su rabo ha actuado más rápido, enrollándose alrededor de la muñeca del nombrado para de esa manera apartarlo de su compañero, se ha vuelto receloso luego de la mordida—. No puedes ir tocando a personas sin su consentimiento.

—No hay problema, Ash. —Eiji lanza una sonrisa comprensiva mientras la pandilla hace el ridículo—. No me molesta.

Oh, ese no es el problema.

Claro que no.

El problema es que Aslan jamás ha querido tocar (más bien, se ha atrevido a hacerlo) las facciones animales de su compañero, una necesidad que no ha hecho más que acrecentar desde esa mordida, es curioso, aún le cuesta asimilar que este chico lo haya escogido marcar aunque sea temporalmente tras conocer su pasado. Si bien, no es la primera vez que intentan marcarlo, Dios sabe que tampoco será la última, esta fue consensuada y anhelada. Esto es un lío, no ayuda que en este momento Eiji luzca más esplendente que el sol en el cielo, meneando sus suaves orejas junto a su rebelde flequillo, dándole sonrisas más transparentes que el océano pero más violentas que una tempestad.

—Entonces... —Shorter es quien toma la palabra en el caos, sacándolo de su estado de ensueño, las feromonas del omega se sienten demasiado difusas, han pasado prácticamente pegados desde las mordidas, lo pone ansioso esta lejanía—. Si nos lo estás presentando es porque va a ser partícipe.

—Sí. —Ash trata de recobrar su temple, de imponer su voz como suele hacerlo—. Eiji fue atacado por la pandilla de Arthur, es su derecho estar acá con nosotros. —La brecha que se han impuesto a solo algunos metros del bar le es eterna, quiere cerrarla, sería tan fácil hacerlo—. Además ya conoce la mayoría del plan.

Release the bunny [Omegacember]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora