Capítulo 21

6.3K 788 53
                                    

El hombre que cruzó las puertas de la casa, para la sorpresa de la madame, parecía hacer gala de todos sus cinco sentidos. Pero su mal humor era innegable. Habiendo ignorado la reverencia y el cordial saludo de la madame, y con el muslo aún punzante debido al inhibidor que se había aplicado en el auto, Seungho caminó en línea recta examinando a cada omega que se le presentaba. Con su gran sombra cubriendo las pequeñas y menudas figuras de los muchachos, y aparentemente sin haberse tomado el tiempo de elegir a conciencia, señaló rápidamente a cinco de ellos apuntándolos con el dedo índice.

Sin decir palabra alguna, el alfa comenzó a subir las escaleras. 

-- ¿Qué esperan? ¡Vayan, rápido! -- Susurró rápidamente Xao Hua, dirigiéndose a los omegas que había elegido.

Éstos acataron la indicación, mirándose entre ellos asombrados y expresando su emoción a través de sus grandes y brillantes ojos. Mientras subían tras el señor, seguidos de dos guardaespaldas del último, una ligera exclamación de decepción se pudo escuchar entre los demás omegas que permanecieron en la fila. Y con ésto, Ji Hoon aprovechó para chasquear los dientes. Ni él ni sus dos cómplices habían sido elegidos, por lo que debían seguir con el plan que habían acordado. Los tres cruzaron miradas. 

La fila que había sido dispuesta se desintegró, y los demás comenzaron a tomar lugares en los amplios sillones rojos. Nadie podía regresar a su habitación hasta que el señor hubiese dejado la casa. Esto debido a que casi siempre pedía más omegas a medida que transcurría la noche, y a veces pedía que se reemplazara a alguno que no podía seguir el ritmo en la habitación. La madame les recordó dichas instrucciones como había hecho en ocasiones anteriores.

-- Pediré a Lee que prepare algo de té y café -- Dijo finalmente la mujer, llevándose su cigarrillo electrónico a los labios, desapareciendo hacia la cocina. Su semblante transmitía un claro nerviosismo que todos pudieron percibir.


~~

No había permitido que hablaran. No deseaba oír sus voces. Y se los había dejado claro desde que entraron a la habitación con él. Pero ellos estaban acostumbrados a cumplir los caprichos de sus excéntricos clientes, por lo que no le dieron importancia y se limitaron a asentir sonriendo. 

Sin embargo, había pasado una hora desde su llegada, y los cinco omegas que habían entrado con él al cuarto en un inicio, habían sido reemplazados. Uno tras otro, alrededor de dos veces consecutivas. Dos por agotamiento, habían tenido que ser cargados por los guardaespaldas a otra habitación para que se recuperaran. Y los otros tres porque simplemente parecían no haber cumplido las expectativas del alfa, que desde el primer momento en el que habían comenzado el acto, no había podido eyacular ni una sola ocasión. 

A medida que pasó el tiempo y nuevos omegas llegaban a tomar el lugar de los que regresaban, derrotados por la inconmensurable energía de aquél alfa dominante, la desesperación en su interior crecía, pues se veía acorralado por memorias esporádicas de aquél pintor que había sostenido en sus brazos horas antes de aquello. La contradictoria visión de los múltiples chicos bajo su cuerpo chocaba con el vívido recuerdo del ruborizado rostro de Baek Na Kyum bajo el agua que caía como cascada desde la fuente en el cuarto de baño. Sentía como si el olor de su piel se hubiese impregnado dentro de su cabeza, y lo estuviese volviendo loco. 

Mientras un omega diferente yacía montado sobre él, el aroma frutal de su perfume se coló por la nariz de Seungho, y en un impulso que subió desde su estómago hasta su garganta, empujó al omega hacia un lado, dirigiéndose a trompicones hacia el baño cuya puerta yacía abierta. Los demás muchachos lo miraron atónitos, con sus cuerpos desnudos y sudorosos enrojecidos por el brusco toque de aquél alfa. Sus torsos agitados bailaban al inflarse con el enviciado aire del cuarto, intentando recuperar el aliento e intentando comprender lo que acababa de pasar. 

~~~

-- Entonces... ¿Tienes novia? 

La coqueta voz de Ji Hoon se coló por los oídos de uno de los betas que vigilaban la entrada en el recibidor de la casa. Su humeante taza de café permanecía en su mano derecha, opuesta al omega que se acercaba a él desde la izquierda.

-- N-no... 

El hombre, a pesar de su semblante duro y aparentemente inaccesible, había caído redondito a los encantos de Ji Hoon, quien ahora lo cuestionaba discretamente. Agitando levemente sus caderas, y humedeciendo sus labios periódicamente, cautivaba su mirada. Él podía ser su boleto de entrada a esa casa donde Na Kyum había sido llevado. Su Yeong y Liu conversaban animadamente con los otros dos guardaespaldas apostados en la entrada. Pero si sus esfuerzos rendirían frutos o no, estaba por verse.

-- ¡Genial! Entonces, ¿Qué te parece si cuando el señor se vaya, tu y yo nos vamos juntos para... tú sabes. Estar solos. 

-- Uh... me encantaría pero debo trabajar 

Ji Hoon podía notar cómo el hombre se ruborizaba ligeramente. 

-- Oh vamos, puedo hacerte compañía mientras trabajas.

-- El señor no permite que llevemos a nadie a la casa. Vivimos todos ahí para dar seguridad las 24 horas. Lo lamento... -- Contestó el otro, consciente de que no podía hacer nada al respecto. Claramente desanimado por ello.

-- Hagamos una cosa -- Dijo Ji Hoon rápidamente -- Vienen en tres autos, cierto? Y tu jefe solo usa uno. ¿Por qué no... usamos otro tú y yo? No se dará cuenta, vamos. 

Cuidando que no pareciera demasiado obvio, frotó uno de sus muslos contra la rodilla del hombre, que se sacudió ligeramente ante el contacto. El barullo de los demás omegas en el salón principal ahogaba el intercambio de ambos en su ruido. Xao Hua estaba demasiado ocupada eligiendo a los relevos que subirían con el señor como para prestar atención a cualquier otra cosa. Era la situación ideal. Debía conseguir entrar a esa residencia a como de lugar. 

-- Uhm... -- El hombre miró de reojo a sus dos compañeros, quienes seguían distraídos, conversando con un par de omegas a los que desconocía -- Muy bien, pero deberás hacer lo que te diga. No pueden saber que llevo a un omega conmigo en el asiento trasero, así que tendrás que agacharte todo el camino hasta que estacione el auto en el garage. ¿Podrás aguantar?

Ji Hoon Sonrió pícaramente. 

-- ¡Claro que si! -- contestó.

PINTOR NOCTURNO OMEGAVERSE FICTION - Todas mis batallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora