Capítulo 15

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Algo dentro de su vientre parecía emitir un débil latido que irradiaba calor por toda su piel, siguiendo el camino trazado por el tacto de los fríos y ásperos dedos de aquél chaebol. Su cabeza daba vueltas, como si las feromonas del hombre que tenía al frente fueran licor que, flotando en el aire, entraba por su nariz y embriagaba sus sentidos. 

Con una de sus manos, Seungho retiró la tela que cubría el hombro derecho del omega, quien se sacudió al sentir el suave material deslizarse por su brazo desnudo para dejar al descubierto aquél pezón rosado que ahora brillaba de negro, cubierto por una película de tinta china.  

-- Entonces, esperaré el resultado final con ansias... -- Dijo el alfa, haciendo a un lado los pliegos de costoso papel sobre el suelo. Su rostro pintaba una sonrisa socarrona, y sus ojos entrecerrados se clavaban en la visión del cuerpo del otro, al percibir cómo, lentamente, comenzaba a reaccionar. 

-- M-me tengo que ir... mi señor... por favor... -- Contestó el pintor, tomando su camisa y volviéndosela a acomodar -- O no me dará tiempo de acabar las pinturas...

 Las feromonas de un alfa común y corriente eran soportables, pero las de uno como Yoon Seungho... tenía sentido el por qué sólo uno entre mil alfas nacía siendo dominante. Aún así, esta vez era diferente. Cuando se encontraba en el acto con sus compañeros momentos atrás, el efecto no había sido el mismo. ¿Era acaso el hecho de tenerlo tan cerca? ¿O tal vez lo estaba haciendo a propósito? Liberando sus feromonas para mofarse de él, como un gato que juguetea con un gorrión, lanzando zarpazos en el aire, intentando derribarlo. 

-- Señor, su baño está listo

De pronto, la voz del sirviente que ahora les dedicaba una reverencia desde la puerta del inmenso cuarto interrumpió aquella interacción. 

Gracias a aquello, Nakyum logró salir del trance en el que se hallaba sometido por las feromonas y tomando rápidamente las hojas, se incorporó torpemente para caminar hacia la salida. 

-- Con su per... -- titubeó, tropezándose con la alfombra -- con su permiso, le llevaré las obras a primera hora en la mañana, mi señor. 

Seungho se limitó a permanecer en su sitio, aún de rodillas y con su túnica apenas cubriendo su cuerpo, mientras parecía seguirlo con la mirada. El sirviente Kim se hizo a un lado, permitiéndole la salida al pintor. 

-- Kim -- comenzó a decir, una vez hubo desaparecido tras la puerta -- Llévelo a su habitación. Y consígale más materiales del estudio. 

-- Entendido -- contestó el sirviente.

Mientras caminaba, solitario por los amplios pasillos de esa gigantesca casa, y el tragaluz de cristal que yacía en el techo permitía que la plateada luz de la luna iluminara su camino, acompañada de los pequeños focos amarillos apostados a los costados de las paredes, la tela de su hanbok, apenas reposando sobre sus anchos hombros, se balanceaba de un lado a otro, hinchándose con el viento. Llegando al gigantesco cuarto de baño que lo esperaba saturado de caliente vapor, habiéndose despojado de aquella prenda, dejó evidenciada la persistente erección que, aún después de haberse alejado del omega, parecía no querer desistir. 

-- Me encontré con alguien muy interesante... -- se dijo a sí mismo, mientras recordaba aquella visión, y sobre sus manos manchadas aún percibía el suave aroma de aquél muchacho. Dulce y enervante. 

~~

De cuclillas, abrazando fuertemente sus dos rodillas y hundiendo el rostro entre éstas, aún respiraba agitadamente. Su corazón corría como si hubiese estado frente a una amenaza de muerte, y sin embargo su piel aún quemaba en aquellos sitios marcados por la pintura. Recordó la suave presión de los dedos del alfa, e involuntariamente soltó un suspiro que le volcó el estómago. 

PINTOR NOCTURNO OMEGAVERSE FICTION - Todas mis batallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora